Software y Servicios Informáticos (SSI), Entretenimiento y Salud, son tres de los sectores donde a priori se espera que 5G genere gran impacto; sin embargo, la inserción laboral de las mujeres se ve afectada por numerosas barreras que dan cuenta de la urgencia con la que se necesita tomar acciones a fin de que la irrupción de la nueva generación móvil no amplíe las brechas de género existentes.
“Estas barreras imposibilitan la movilidad ascendente o de ocupaciones dentro del sector. El escenario actual muestra que de no tomarse medidas, la situación pueda perpetuarse una vez desarrollados estos nuevos servicios exportables”, sostiene el estudio “Nuevos servicios exportables a partir de la red 5G: ¿Cómo aprovecharlos para reducir la brecha de género?”.
Al analizar el escenario de adopción e impacto de 5G en Argentina, Brasil y México, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) encontró que sin importar el país, la participación de las mujeres en los sectores analizados replica el mismo patrón: baja participación en los puestos de empleo del sector TICs y de Entretenimiento, y una elevada participación en las ocupaciones del sector Salud.
La inserción laboral de las mujeres en los sectores seleccionados se ve afectada por numerosas barreras, entre las cuales se pueden destacar el rol de la maternidad, la autoexigencia, los estereotipos y el desigual reparto de tareas del hogar.
El documento analiza la segregación por género en el mercado laboral, en la que distingue la horizontal, que se refiere a los diferentes niveles de concentración de mujeres y hombres en determinadas ocupaciones o sectores, lo que significa que ellas están sub o sobrerrepresentadas en una determinada ocupación o sector.
La segregación vertical, por su parte, se entiende como la diferencia en el nivel de concentración de mujeres y hombres en diferentes posiciones de la jerarquía ocupacional. En pocas palabras, implica que las mujeres están subrepresentadas en ocupaciones y sectores en la cima de un ordenamiento basado en atributos “deseables” (salario, prestigio, poder de decisión, estabilidad laboral, etcétera).
Es un hecho comprobado, subraya el documento, que las mujeres se enfrentan a obstáculos impuestos por la segregación vertical y no ascienden en la escala ocupacional al mismo ritmo que los hombres.
“De hecho, en todos los países de la OECD, sin excepción, se puede encontrar un número considerablemente menor de mujeres en puestos directivos y administrativos de alto nivel”, apunta el documento.
Diversos estudios distinguen dos formas en las que la segregación vertical podría manifestarse: el efecto de techo de cristal (que alude a las barreras que no permiten a las mujeres avanzar más allá de cierto nivel) y el efecto de suelo pegajoso (que alude a la situación en que las mujeres ocupan puestos de baja movilidad y baja remuneración).
Al realizar una serie de entrevistas a mujeres trabajadoras y empresarias, el BID identificó algunos de los factores que modelan la segregación horizontal, como el desigual reparto de tareas en el hogar entre hombres y mujeres, así como el rol de la maternidad y su compatibilidad con las responsabilidades laborales.
Además, se tiene la mayor autoexigencia que tienen las mujeres al momento de postular a un puesto de empleo, y los estereotipos que se van formando en torno a determinadas ocupaciones “de hombres” (producto de la carga física que demandan, por ejemplo).
“La progresión laboral dentro de esos sectores no es nada fácil para las mujeres. Diferentes barreras les impiden moverse de ocupaciones con baja remuneración, o llegar a puestos con mayor responsabilidad jerárquica”.
El BID enfatiza que cualquier ordenamiento de ocupaciones -ya sea según la remuneración percibida, o cualquier otro atributo “deseable”, mostrará que la participación de las mujeres dibuja la forma de un embudo invertido.
“En efecto, para las mujeres la inserción laboral es más probable dentro de las ocupaciones de menores ingresos. En el otro extremo, aquellas mujeres que lograron acceder a puestos jerárquicos perciben a igual tarea, remuneraciones más bajas que sus colegas hombres”.
El estudio detalla cómo el cambio tecnológico traerá consigo impactos disruptivos en el mundo del trabajo, potenciando la demanda de algunas ocupaciones y debilitando la importancia relativa de otras.
Basta con señalar que la participación de las mujeres en las ocupaciones hoy “teletrabajables” es muy baja, sin importar el país o sector analizado, para proyectar de manera ruda las tendencias futuras.
En consecuencia, será necesaria una activa participación de los gobiernos para promover una mayor equidad de género a través de la llegada del 5G.
El BID subraya que si se quiere aprovechar 5G como una plataforma de desarrollo orientada al mercado externo, inclusiva y generadora de empleo calificado, es necesario priorizar bases sustentables para el crecimiento del sector SSI.
“Para ello, se recomienda promover planes de promoción al sector que incluyan incentivos diferenciales para la incorporación de mujeres, tomando de ejemplo el caso de Argentina y su flamante Ley de Economía del Conocimiento. En la misma se promueve una reducción mayor en las cargas patronales si se contrata a mujeres o minorías”.
Por otra parte, es sumamente importante reforzar los incentivos en formación en disciplinas STEM. Así como también en tecnologías y saberes críticos para el desarrollo de servicios en la era del 5G, como es la analítica de datos, inteligencia artificial, desarrollo de software y ciberseguridad.
Esto no solo abrirá oportunidades laborales a las mujeres, sino que será un factor positivo a la hora de generar tecnologías más diversas e inclusivas.
A su vez, para poder apropiarse de los beneficios del 5G y mejorar la inserción externa del sector Salud y Entretenimiento, será condición necesaria promover las vinculaciones y sinergias que permitan generar capacidades locales, en asociación con el sector de SSI.
Ello se traduce en fomentar una estrategia proactiva para el desarrollo de soluciones locales y regionales, que permitan consolidar una estrategia de inserción internacional, basada en servicios de alto valor agregado.
De modo contrario, no solo no se logrará fomentar exportaciones, sino que el 5G traerá consigo cientos de paquetes tecnológicos y soluciones “llave en mano” que atentarán contra la posibilidad de generación de mano de obra local.
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