La telemedicina es una gran herramienta para fortalecer los sistemas de salud en todo el mundo, especialmente en América Latina donde se presentan importantes déficits de especialistas en zonas rurales; sin embargo, no debe concebirse como un sustituto de la medicina tradicional, sino como un complemento, sujeto a evaluaciones de calidad y seguridad, en especial en cuanto a la seguridad de la información de los pacientes.
Al participar en el foro denominado Health Check Summit, donde se analizaron las tendencias mundiales de la tecnología aplicada en la medicina, el doctor Rubens Covello, fundador y CEO de Quality Global Alliance, indicó que a partir de la pandemia, se popularizaron los sistemas de medicina a distancia, con varios retos importantes por resolver.
En principio, es necesario realizar una evaluación profesional completa del sistema mismo de telemedicina, porque existen algunos muy robustos y otros muy frágiles y es importante garantizar la seguridad tanto de los pacientes como de los médicos.
También es indispensable que cada sistema de telemedicina se someta a una evaluación externa, que evidencie las fortalezas y sobre todo los riesgos de cada programa para resolverlos.
En entrevista con ConsumoTIC, el doctor Covello se refirió al riesgo que corren los datos personales de los pacientes (tema sumamente sensible) en el manejo y almacenamiento de la plataforma, así como el riesgo de la práctica profesional del médico en caso de que dichos datos personales puedan vulnerarse y eventualmente manipularse para perjudicar al profesional de la salud.
Asimismo, es necesario capacitar a los médicos en telemedicina, porque muchos no saben dar consultas por vía virtual e incluso no quieren hacerlo, porque los médicos suelen tener mucha resistencia al cambio, producto de que son profesionales que toman decisiones en soledad.
“A diferencia de un piloto de avión que lleva un copiloto, el médico siempre toma las decisiones por sí sólo y por eso le cuesta trabajo compartir su decisión, como ocurre muchas veces en la telemedicina”.
También es importante que existan protocolos para garantizar que el paciente comprenda perfectamente las indicaciones y el diagnóstico del médico, para lo cual también se requiere capacitación especial.
En todo caso, anticipó que la telemedicina no sustituirá a las consultas tradicionales, pero en regiones como América Latina, con vastas regiones donde no hay especialistas suficientes, es una herramienta fantástica para suplir los vacíos de cobertura de los sistemas de salud.
De hecho, no debe pensarse en las consultas a distancia como un elemento para mejorar la rapidez de la atención en los hospitales, sino como una forma de llevar especialistas a lugares donde no los hay.
Al respecto, en el mismo encuentro, el doctor Héctor Valle, presidente de la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud), recordó que los sistemas de salud tienen que ajustarse necesariamente a la nueva dinámica poblacional.
Por ejemplo, en México hay muchos más pediatras de los que se necesitan (esquema de hace 50 años) y no hay suficientes especialistas en ciencias neurológicas, cuando éstos últimos son los que se necesitan para atender las necesidades de una población en envejecimiento.
Además, el porcentaje de la población que carece de acceso a servicios médicos, evidencia la necesidad de contar con herramientas que suplan esas carencias y la telemedicina puede ser muy eficaz en ese sentido.
También el doctor Covello señaló que la telemedicina puede ser muy buena para apoyar los sistemas de medicina preventiva. Por ejemplo, en el caso de México donde la diabetes es un problema de salud pública muy serio, puede servir para el seguimiento de los pacientes diabéticos que no pueden ir a una consulta con su médico cada 15 días, pero sí pueden recibir orientación por videoconferencia cada dos semanas, para controlar su estado físico y prevenir crisis que además de arriesgar seriamente el estado general del paciente, puede implicar gastos onerosos para la familia y para el sistema de salud en su conjunto.
C$T-GM