Desde el 1 de marzo, el IFT entró en una nueva y compleja fase con su tercera presidencia interina que representará a un Pleno con sólo cuatro de siete integrantes, conducirá al menos tres procesos de licitación de espectro con precios nada favorables, iniciará la tercera revisión bienal en telecomunicaciones y evaluará el impacto de las medidas asimétricas impuestas al preponderante en radiodifusión.
Sin duda, el camino se vislumbra cuesta arriba para un órgano regulador reconocido a nivel internacional por lograr verdaderas proezas regulatorias en sus primeros años, pero que en opinión de propios y extraños está obligado a acelerar el paso en aspectos clave como la competencia efectiva y la generación de un entorno propicio para la nueva economía digital.
A nivel interno, Javier Juárez Mojica, el nuevo presidente interino del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), tiene mucho que hacer para lograr que bajo su liderazgo el Pleno retome su camino de ente técnico, capaz de enriquecer sus decisiones con las diferencias y consolidar resultados en beneficio del ecosistema en el que participa la industria, el propio gobierno y por supuesto, los consumidores.
Más claro que el agua y en sólo 199 caracteres, Juárez Mojica fijó su postura desde su cuenta personal de Twitter al asegurar que asumirá su nueva responsabilidad “sin filias ni fobias, guiado por el interés público y en el marco de la Constitución y las leyes”.
¿Será la búsqueda del interés público lo que lleve por fin al IFT a promover ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación una controversia constitucional por la omisión del titular del Ejecutivo Federal de enviar al Senado de la República las propuestas de las comisionadas faltantes?
¿Desde su nueva posición, el comisionado Juárez Mojica logrará crear los consensos necesarios para hacer un sólo frente de defensa del IFT?
A su favor, el funcionario cuenta con el reconocimiento de sus pares en el Pleno, un perfil técnico con el que forjará su propio camino pues es el primer ingeniero que ocupa la presidencia del regulador, -recordemos que tanto Gabriel Contreras, Adriana Labardini y Adolfo Cuevas son abogados-, y un útil reconocimiento por parte de los representantes del sector telecomunicaciones y radiodifusión.
Presidir un IFT, que a todas luces quedó debilitado en su institucionalidad por su antecesor, no es tarea fácil y menos aún si se realiza en condiciones de interinato y con el amago constante de un Ejecutivo que tiene por costumbre ningunear a los funcionarios que lo integran.
Por lo pronto, y hasta que el presidente de la República no tenga a bien enviar al Senado las propuestas de las tres comisionadas que faltan, el próximo miércoles 9 de marzo será la primera sesión ordinaria de un Pleno operando al mínimo y conducido por un nuevo presidente interino.
Las mentes ortodoxas aseguran que nunca un individuo está por encima de la institución que representa. Lo cierto es que cada persona, consciente o no, pone su sello al cargo que desempeña. ¿De qué color será la huella que deje Juárez Mojica? ¿Domará al tigre que se sacó en la rifa?
C$T-GM