Es claro que hemos desarrollado un fuerte apego al celular. Olvidarlo en casa, perderlo o que se le termine la batería nos genera angustia y enojo. Las razones son muchas: “Si pasa algo en la familia no estaré localizable”, “Qué tal que me busca mi jefe”, “Ya no seguí la conversación del grupo de Whatsapp”.
Pero quizá la razón más atemorizante es que hemos dejado de memorizar. Hagamos una prueba ¿Además del suyo, cuántos números telefónicos recuerda? Cuando tiene esa palabra o respuesta en la punta de la lengua ¿en dónde la busca? Cuando aprende algo ¿lo anota en su celular o lo memoriza?
La ciencia define la memoria como esa función del cerebro que permite al organismo codificar, almacenar y recuperar información, lo que se traduce en un aprendizaje. Se da cuenta ¡estamos dejando esa responsabilidad a un dispositivo!
Que tal si emprendemos una lucha contra la amnesia digital, demos una nueva oportunidad a esa capacidad tan humana de recordar para aprender. Tenemos en nuestras manos dispositivos inteligentes pero ¿lo somos nosotros?
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