Nunca como hoy ha sido fácil para cualquier Mipyme vender en línea, en un mercado como el mexicano que cuenta con al menos 60 millones de potenciales clientes en línea y enormes posibilidades para la expansión. Sin embargo, estas empresas enfrentan obstáculos como la falta de conocimientos claros sobre la transición digital, limitado acceso al financiamiento, nula capacitación en procesos de exportación y dificultades de distribución y logística de sus bienes y servicios, conincidieron expertos convocados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Durante el seminario virtual “Hacia un comercio electrónico digital con impacto”, realizado en conjunto con la Asociación Latinoamericana de Internet (ANALI) y el Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe, los panelistas coincidieron en que estos desafíos no son exclusivos de un país, sino de la región de América Latina y el Caribe, donde regulaciones nacionales y la falta de capacidades de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes), limitan el comercio electrónico.
Al respecto, Pierre Claude Blaise, director general de la Asociación Mexicana de Ventas On-Line (AMVO), sostuvo que en los últimos 10 años hubo un verdadero “boom” de las ventas en línea, y aún así, sólo 10 por ciento de las empresas mexicanas utilizan esa vía y de ellas, apenas el 3.0 por ciento exporta, pero de crecer estas cifras, el monto de ventas de las empresas podría crecer 10 veces o más.
Sin embargo, la falta de confianza y conocimientos sobre el sistema de ventas en línea por parte del propio mercado, es una de las limitantes importantes, como también lo es la falta de conocimientos concretos de los empresarios sobre cómo obtener la información necesaria y qué pasos seguir para su digitalización y para convertir las ventas en línea, en una herramienta de crecimiento.
Las plataformas de ventas online ayudan a que las empresas puedan iniciar este camino poco a poco, sin necesidad de grandes inversiones, ni la obligación de crecer exponencialmente de un momento a otro. La clave es que los empresarios sepan bien, “para qué” quieren la digitalización y cómo adaptarse paso a paso a ella para obtener los mejores beneficios sin resultar desbordadas.
En su oportunidad, María Fernanda Quiñones, presidenta de la Cámara de Comercio Electrónico de Colombia, consideró que el comercio en línea debe entenderse como un tema macro tanto en lo nacional como en términos regionales, pues en todos los países de la zona se comparten retos como el financiamiento, la seguridad digital, las limitaciones de capacidades técnicas de las mipymes y las dificultades para exportar, entre otros.
De ahí que se debe generar una regulación que, para ser eficaz, debe partir de una construcción colectiva entre las partes, no sólo a nivel nacional, sino mirando a la región, de donde se pueden obtener lecciones importantes qué aplicar en cada país. En todo caso, lo importante es convencer a los empresarios de que el comercio electrónico puede ser seguro, eficaz y altamente rentable por el enorme potencial de mercado que implica, incluyendo las exportaciones.
En el mismo sentido, Paula Garnero, consultora en digitalización, consideró que en la región se debe de promover que más empresas entren a este segmento, pero reconoció que para el sector Pyme y Mipyme, que representan la enorme mayoría de las unidades económicas de los países en la región, identificar la tecnología adecuada y en el orden de prioridad necesaria para conseguir sus objetivos, es un reto mayúsculo.
Ante tanta oferta de tecnologías, es muy complejo que las empresas prioricen qué herramientas adquirir, con qué proveedores, para qué fines y sobre todo, con cuál financiamiento.
Además, es necesario contar con una infraestructura y conectividad de calidad, que le permita a las Mipymes tener acceso a las plataformas de venta en línea y a la logística necesaria para mover sus productos, ya no se diga a nivel regional, sino dentro de los países e incluso de las ciudades donde se encuentran los negocios, todo ello en un sistema comercial, donde los clientes quieren tener en su casa los bienes que compraron en línea en menos de 24 horas.
Sobre el tema logístico, Fabián Villarroel, director de Asuntos Aduaneros y Normativos en América Central y del Sur de DHL Express, sostuvo que el comercio electrónico, sobre todo de exportación, implica serias dificultades para las Mipymes, porque supone el paso por aduanas, revisiones de varias autoridades (por ejemplo cuando se trata de alimentos) que se traducen en retrasos y, con ello, costos adicionales.
En ese sentido, algunos de los mecanismos que funcionan muy bien son las ventanillas únicas digitales a nivel nacional, para facilitar los procesos de exportación y agilizar el comercioninternacional.
Tomás Casona, subsecretario para la Pequeña y Mediana Industria, en Argentina, dijo que las empresas tienen el deseo de participar en el comercio electrónico porque saben lo que implica en términos de crecimiento, pero enfrentan también problemas de capacitación, financiamiento y transformación digital con en el resto del continente.
De ahí que en un programa financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se haya apoyado a 400 Pymes para desarrollar productos, instrumentos digitales, iniciativas de comercio disruptivo y capacitación, para que puedan hacer del comercio en línea un instrumento de crecimiento sólido.
Los participantes coincidieron en que la educación, tanto de las empresas como del mercado, es una herramienta vital para expandir el comercio digital en la región, donde también se requiere conectividad y una cadena logística eficaz y flexible, capaz de llevar los productos a cualquier parte en plazos breves.
C$T-EVP