México fue uno de cuatro países latinoamericanos que lograron concesionar nuevo espectro para servicios móviles en 2021 mediante algún tipo de proceso competitivo y aunque la Licitación IFT-10 no fue competida, los precios por el espectro obtenidos estuvieron entre los más altos de la región. La explicación reside en lo elevado de los cobros anuales por derecho de uso del espectro para servicios móviles en México.
La licitación mexicana fue de “sobras” o bloques complementarios, y las de Brasil, Chile y República Dominicana se encuadraron como “licitaciones 5G” por incluir espectro de las bandas de 3.5 GHz y 26 GHz (esta última solo en Brasil y Chile), consideradas aptas para redes móviles de nueva generación.
Para comparar precios de espectro entre países se requiere, por lo menos, ajustar los precios por la capacidad asignada (cantidad de MHz) y habitantes. Al convertir lo recaudado en los concursos, por MHz y población (precios MHz-Pop), se observa que los precios más altos se obtuvieron en México y Chile, incluso realizando un ajuste adicional por la duración de las licencias de espectro.
De la experiencia internacional también destaca el diseño de la “Licitación 5G” de Brasil en la que el grueso del valor económico del espectro será pagado en compromisos de inversión y no en recaudación fiscal. Brasil no ha sido el único país de la región que emplea el intercambio de pagos por inversiones, pero el antecedente de la “Licitación 5G” puede ser impulsar la adopción de licitaciones de este tipo como alternativa a procesos enfocados pura o principalmente en recaudación fiscal.
Concretamente, la capacidad de la banda de 800 MHz subastada en México produjo el nivel de precio más alto en general y fue el caso de “bandas bajas” (sub 1 GHz) más elevado a pesar de que no fue un proceso competido y quedaron desiertos la mayoría de los bloques disponibles. Otros precios altos se observaron en las subastas de bloques de 700 MHz y 3.5 GHz en Chile y la banda de 2.5 GHz. En el caso de Brasil, la banda de 700 MHz presentó un alto “valor económico” representado principalmente por compromisos; la recaudación de esa subasta produjo un precio mucho más bajo.
La cifra del espectro en México que se presenta en esta comparativa es el precio de subasta (contraprestación o “guante”), más el valor presente de los pagos anuales por derechos por la duración de las concesiones. El “peso” de los cobros anuales por derechos es el factor que explica los altos precios del espectro en México comparados con los demás casos internacionales.
El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) anunció en octubre de 2021 los resultados de la fase de subasta de la Licitación IFT-10, en la que se asignaron solamente bloques regionales de las bandas de 800 MHz y 2.5 GHz. Quedaron desiertos los bloques nacionales de las bandas AWS-3 y 1.9 GHz y casi todos bloques por área básica de servicio (ABS) de las regiones 5 a 9.
Telcel de América Móvil adquirió el lote de la banda de 2.5 GHz que se trató de bloques regionales de la banda de ancho variable que complementan el espectro que obtuvo de MVS y Ultravisión. AT&T ganó un bloque de 20 MHz de la banda de 800 MHz en la ABS 9.01, con cobertura en la Zona Metropolitana del Valle de México, más el lote de la banda de la banda de 800 MHz en el norte del país (regiones 1 a 4), que era capacidad a la que había renunciado AT&T en 2019. Las licencias se asignarán por 20 años.
Lo concesionado en la licitación representa solo el 28.2 por ciento de la capacidad ofrecida ponderada por población, una proporción menor a lo conseguido por los otros tres países que licitaron espectro en 2021.
Brasil, Chile, México y la República Dominicana ofrecieron espectro de “bandas bajas” (menores a 1 GHz) y la banda de 800 MHz en México fue el caso con el precio más alto, concretamente de US$ 0.39 MHz-Pop o casi US$ 0.02 MHz-Pop por año. La banda de 700 MHz en Chile fue el segundo caso más alto, mientras que en Brasil la cantidad de recaudación fiscal (más comparable con las demás cifras) fue relativamente muy bajo.
El “valor económico total” del caso brasileño abarca principalmente las inversiones calculadas para los compromisos de las licencias. Aunque los casos de Chile y México tienen también compromisos de inversión, no se conocen estimaciones desglosadas al nivel del caso brasileño, por lo que no son directamente comparables.
Para las bandas entre 1 y 3 GHz, el caso mexicano fue el que reflejó los valores más altos, concretamente por los precios asociados a la banda de 2.5 GHz, que alcanzó los US$ 0.13 MHz-Pop, cifra que es nominalmente más alta que la de la licitación de la banda de 2.5 GHz en México en 2018. En el caso de Brasil, la cifra del “valor económico total” de la banda de 2.3 GHz es cercana, pero no completamente comparable dado que está integrada principalmente por compromisos de inversión.
El IFT ha enviado al Congreso documentación que compara las tasas de derechos en México con casos internacionales y su potencial de impacto negativo en los operadores móviles, ya que, al cobrarse solamente por capacidad asignada, los cobros de derechos representan un peso mayor en la estructura financiera de AT&T o Telefónica que en la de Telcel. En México, los operadores móviles son los usuarios del espectro que abonan la mayoría de los ingresos por derechos anuales, más del 95 por ciento en 2020.
De acuerdo con cifras que se obtuvieron del IFT, en 2015 se pagaron por derechos de uso del espectro 6 mil 874.2 millones de pesos, de los cuales los operadores móviles aportaron el 93 por ciento. Para 2020 la recaudación total por derechos de uso del espectro entre todos los servicios creció a 17 mil 459.6 millones, de los cuales los operadores móviles aportaron el 95.2 por ciento y la Red Compartida el 2.5 por ciento.
Los recursos que percibe el Estado por el espectro son altamente dependientes de los operadores de redes móviles, pero las tasas que se definen para esas bandas de espectro generan un incentivo para que estas empresas lo utilicen menos, como muestran las renuncias parciales o totales a espectro de AT&T y Telefónica. Los recursos que pierda el Estado por renuncias a espectro de bandas para servicios móviles no serían compensados por la recaudación asociada a otra clase de operadores y servicios (por ejemplo: satelitales), por diferencias en las tasas y estructura de cobros.
El IFT envió al Senado en octubre de 2021 tres propuestas sobre la Ley Federal de Derechos (la Cámara de Diputados aprueba la Ley) como alternativa a la estructura actual: reducción de tasas para bandas consideradas aptas para redes 5G; tasación diferenciada por ABS para las bandas de 800 y 850 MHz (menores tasas en áreas de menor potencial económico), y un esquema de acreditación de pagos del valor económico del espectro mediante inversión, modelo que adoptó Brasil para la “Licitación 5G”.
La pelota sigue en la cancha del Congreso y queda por ver si habrá legisladores que adopten como causa suya algunas de las propuestas del IFT para reformar la estructura de cobros por uso del espectro.
C$T-GM