Ecosistema digital saturado de información.
La falta de pericia al elaborar notas basadas solo en declaraciones, sin comprobar fuentes o reportes oficiales, ha permitido que intereses políticos o económicos disfrazados de propaganda electoral generen las denominadas fake news, las cuales han logrado generar un alto nivel de tráfico y una creciente penetración en redes sociales.
“Hay varias publicaciones que se hacen pasar por periodismo, ya que presentan la información con la estructura y características periodísticas, pero sin el proceso de verificación que es lo que realmente hace el periodismo”, precisó Mireya Márquez, coordinadora de la Maestría en Comunicación de la IBERO.
La catedrática aseguró que las denominadas «noticias falsas» pueden llegar a causar un gran daño a la sociedad, el ejemplo más palpable y reciente fue la difusión de fake news después de registrarse el terremoto del 19 de septiembre del año pasado.
“La gente empezó a difundir noticias alarmistas diciendo que iban a llevar maquinaria pesada para demoler edificios colapsados, que había desabasto de sangre en hospitales, incluso, confirmaban que habría un temblor mucho más potente horas más tarde. Esto sólo generó psicosis entre la sociedad y entorpeció las labores de rescate y reorganización”.
No menos importante es el daño moral que pueden llegar a provocar en personas involucradas con las fake news, así lo enfatizó Mariana Anzorena, profesora del Departamento de Comunicación.
La revista estadounidense Rolling Stone, publicó un reportaje donde se decía que en una fraternidad de la Universidad de Virginia una joven había sido víctima de violación por varios miembros de dicha fraternidad, todo había ocurrido en una fiesta, sin embargo, la periodista no corroboró los hechos, no hubo ninguna fiesta en esa fraternidad.
Mireya Marquez resaltó como la verdadera práctica periodística siempre ejercerá el fact checking, es decir, el proceso de verificación que debe seguir cualquier noticia que se publique, pues este procedimiento permite otorgar credibilidad y veracidad a la información.
«Este proceso está profundamente ligado a la responsabilidad social y ética periodística, y a pesar que desde hace varias décadas ha estado presente en el mundo del periodismo serio, hoy en día se ha convertido en todo un movimiento que comenzó en Estados Unidos y se ha expandido a países como México, debido a que en el nuevo ecosistema digital hay una sobresaturación de información.
Ante este escenario es imprescindible que las audiencias ejerzan su criterio y pongan en tela de juicio toda información que reciban; las noticias deben contener estándares periodísticos, verificar el medio, las fuentes, el periodista que las redactó o la agencia que las envía.
Una nota periodística siempre debe incluir hechos específicos, nombres, fechas bien establecidas, la fuente que se responsabiliza de la información, incluso verificar la extensión de la noticia y la redacción, pues ante la ausencia de estas características es como las audiencias pueden percatarse si se trata de una fake news, «sobre todo cuando hay una redacción pobre”.
Mireya Márquez, promovió el enlace para que la IBERO participara en el proyecto Verificado 2018, un movimiento que promueve el fact checking, contra las fake news.
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