Pese a que en México se permite el 100 por ciento de inversión extranjera en el sector satelital y cuenta con un marco regulatorio aceptable, de las cinco licitaciones públicas llevadas a cabo en este siglo para otorgar concesiones, únicamente una ha concluido con éxito, y el resto fueron declaradas desiertas, debido a la falta de participantes.
Es esta una de la conclusiones a las que llega la académica y especialista, Clara Luz Álvarez, en su más reciente libro “Derecho satelital y del espacio exterior”, en el cual explica cómo es que la comunicación vía satélite es la principal actividad espacial, que continuará creciendo para proveer servicios de banda ancha, y también se integrará cada vez más con los servicios de telecomunicaciones terrestres.
“Los pésimos resultados de las licitaciones para concesiones de Posición en la Órbita Geoestacionaria (POG) y sus frecuencias debieran ser suficientes para, de inmediato, realizar un análisis de la política pública en materia satelital, con la finalidad de replantearla y hacer de México un país atractivo tanto para la comunicación por satélites como para la realización de actividades espaciales a través de satélite”.
La investigadora en telecomunicaciones y TIC refiere que la primera licitación fue relativa a la POG 77º Oeste, que se inició y suspendió en 2001 por una serie de litigios que por tres años mantuvieron suspendido el proceso.
Al reiniciarse la licitación de esta POG en mayo de 2004 por parte del entonces regulador, la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), se inscribió un interesado, que después desistió de participar, por lo que la licitación fue declarada desierta.
Posteriormente, en septiembre de 2004, la Cofetel realizó otra licitación, en la cual participó únicamente el consorcio conformado por SES Americom, Inc. y Satélites Globales, S. de R.L. de C.V., que posteriormente constituiría la empresa denominada Quetzsat, S. de R. L. de C. V.
El consorcio ofreció pagar el precio mínimo de referencia de 13 millones 500 mil dólares establecido en las bases de licitación y, tras concluir las etapas de la licitación, fue declarado ganador.
“El escaso interés en la licitación de la posición 77º Oeste en 2004 pudo haber sido que el tiempo para colocar un satélite en la POG era muy breve, dado que la licitación inició con la publicación de la segunda convocatoria en el Diario Oficial de la Federación el 9 de septiembre de 2004, y se requería tener un satélite en la 77º Oeste para el 10 de julio de 2005″.
A eso puede también agregarse la existencia de la llamada “reserva de Estado”, que es una capacidad satelital que los operadores satelitales están obligados a dar gratuitamente al gobierno mexicano.
En 2006, la Cofetel llevó a cabo la licitación para otorgar la concesión que diera el derecho de ocupar la POG 109.2º Oeste, pero fue declarada desierta por falta de participantes.
En 2007, la Cofetel nuevamente convocó a licitación para la misma posición en la 109.2º Oeste, y fue declarada nuevamente desierta. En 2014, el nuevo regulador de las telecomunicaciones, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), llevó a cabo el proceso IFT-2 para otorgar concesiones para el derecho de ocupar las POGs 113º Oeste y 116.8º Oeste en las bandas C extendida y Ku extendida. Esta licitación fue también declarada desierta porque ninguna persona participó.
Clara Luz Álvarez recuerda que para que México no perdiera la prioridad en ocupar dichas posiciones tuvo que ocupar el satélite Bicentenario y lo desplazó primero a la posición de la 113º Oeste por 90 días y después a la 116.8º Oeste, para posteriormente solicitar suspensiones ante la UIT, con la finalidad de ampliar el plazo para colocar un satélite después de la licitación”.
“Los plazos fueron concedidos para que en 2016 fueran las fechas límites de ocupar las POG mencionadas. De cualquier manera, no fue posible que México ocupara esas POG ni que otorgara concesiones por falta de participantes en la licitación”.
En su libro, la especialista refiere que el mercado de oferentes de servicios satelitales es uno global, por lo que si México ha dejado de ser atractivo desde hace décadas para obtener satélites bajo su bandera, con carácter de urgente deben hacerse las modificaciones al marco jurídico y a la política pública vigente para revertir esta situación.
“Finalmente, debe realizarse investigación para determinar si efectivamente la Capacidad Satelital Reservada al Estado (CSRE) es el factor que está inhibiendo la inversión y el desarrollo de un sector satelital bajo la bandera de México”.
Satélites lanzados al espacio bajo la bandera mexicana:
C$T-GM