En un mercado espacial global valorado en más de 386 mil millones de dólares y que podría estar conformado por hasta 100 mil satélites hacia el año 2030, el talento mexicano tiene la oportunidad de formar parte de este proceso de transformación tecnológica, para pasar del concepto “Hecho en México” a “Ideado en México” o “Desarrollado en México”.
Para lograr este escenario se requiere: formar talento de primera línea; voluntad política al más alto nivel; quizá crear una Secretaría especializada; y enormes inversiones del sector público y del privado.
México ya está participando de hecho en la carrera espacial, con la reciente incorporación de nano robots del proyecto Colmena en el lanzamiento de un cohete a la Luna que salió hace dos semanas con piezas desarrolladas en conjunto con el Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, y que funcionaron muy bien, salvo que la nave llamada Vulcan Centaur donde fueron lanzados, no llegó a alunizar por un problema de combustible, destacó el doctor Salvador Landeros Ayala, director de la Agencia Espacial Mexicana (AEM).
Al participar en el “Foro Industrial para definir el perfil de los egresados de la carrera de ingeniería en telecomunicaciones”, organizado por la UNAM, dijo que la economía espacial global está valuada en 386 mil 400 millones de dólares, de los cuales 118 mil millones corresponden a servicios satelitales; 142 mil millones a equipo en Tierra; 107 mil millones a industria no satelital, pero sí ligada a ella; y sólo 13 mil 700 millones a fabricación de satélites y 5 mil 700 millones a los lanzamientos.
Si a estas cifras se le restan los 107 mil millones que corresponden a industria no satelital, aunque necesaria para que el ecosistema funcione, “nos quedamos con un valor de 279 mil 400 millones de dólares, concentrados en una actividad donde México debe de participar, pues “ya estamos construyendo nano satélites, pero necesitamos escalar a satélites medianos y grandes, como ya lo están haciendo países parecidos al nuestro”
Además, es necesario planear satélites más eficientes que se desempeñen en bandas más altas, pues los que tiene México en uso actualmente, emplean tecnologías ya muy rebasadas.
Para ejemplificar, el funcionario dijo que los actuales satélites que tiene México tienen velocidades de 4 a 5 MB por segundo, mientras los actuales llegan hasta 200 MB por segundo, mientras varios satélites que pertenecen a alguien más, ya cubren territorio mexicano en las bandas KA y QB.
Este panorama y las enormes constelaciones que estarán funcionando hacia finales de la presente década, obligarán a encontrar formas de garantizar la coexistencia de los satélites geoestacionarios y los de órbita baja, además de “acelerar la transformación digital y trabajar en la infraestructura de tierra, todo ello, con talento mexicano para evitar que nos vengan a explicar cómo funciona la tecnología que compremos y en lugar de ello, producirla nosotros mismos”.
Sin embargo, el experto egresado de la Facultad de Ingeniería de la UNAM y quien fue una de las personas promotoras de la creación de la carrera de Ingeniería en Telecomunicaciones en la Máxima Casa de Estudios, destacó que para ello se requiere que los ingenieros tengan una sólida formación técnica, complementada con las llamadas “habilidades blandas”, como la resolución de problemas, el trabajo colaborativo (de preferencia con equipos internacionales), la planeación financiera y otros aspectos que en general suelen aprenderse durante el ejercicio profesional.
Y si bien el doctor Landeros Ayala reconoció que es imposible formar a profundidad a los profesionales en todas esas materias, por lo menos es importante que en la escuela obtengan los fundamentos y se encuentren preparados para desarrollar mejor esas habilidades en el mundo profesional.
Por otra parte, dijo que hacen falta enormes inversiones tanto del Estado como de la iniciativa privada para hacerlo realidad, aunque algunos datos pueden ayudar a convencer a los gobiernos sobre la rentabilidad de esas inversiones. Por ejemplo, con sólo poner en orden los registros catastrales a partir de imágenes satelitales, puede redituar a cada ciudad hasta mil 500 millones de pesos adicionales en recaudación.
Respecto a la participación de México en este gran mercado global, reconoció que para lograrlo hace falta voluntad política al más alto nivel, como ha ocurrido en China o en India, donde se escucha constantemente a los presidentes establecer con toda claridad metas nacionales relacionadas con la carrera espacial.
De hecho, la India lleva más de 40 años trabajando en esta línea, con voluntad política al más alto nivel y como resultado, ha diseñado, construido y lanzado sus propios satélites, mientras en México no se ha logrado ni siquiera construir un automóvil mexicano.
En ese sentido, Landeros Ayala planteó el deseo de que “escuchemos al próximo gobierno decir que lanzaremos nuestros propios satélites de observación y tres satélites en la banda KU y que se anuncie desde ya o nunca estaremos al parejo de otros países”.
C$T-GM