La llegada de 5G demandará mayor capacidad de espectro; es parte de la evolución tecnológica en la que, por otro lado, el apagón de las redes más antiguas permitirá la reutilización de este recurso y que América Latina siga en la ruta del desarrollo digital, para lo cual se necesita una planificación que considere las diferentes aristas del negocio móvil.
“El primer paso para el apagado de las redes legacy (GSM, UMST/HSPA y CDMA 1x EVDO) debe estar centrado en la planificación. Esta debe considerar los tiempos, la estrategia con los usuarios y otros jugadores del mercado, la información al regulador. Por otra parte, debe ser lo suficientemente flexible para adecuarse a cualquier circunstancia”, señala 5G Americas.
En varios países del mundo, la desconexión de las redes 2G y 3G para servicios móviles es un proceso que ya está en marcha; en América Latina, algunos se están aproximando a la madurez necesaria del 4G para avanzar con el apagado de redes, refere la asociación en su reciente análisis “Mejores prácticas en desconexión de redes móviles en desuso para para América Latina”.
“Es destacable que América Latina ya cuenta con redes más evolucionadas, potentes y robustas con LTE-Advanced, y algunos operadores han lanzado IMT-2020 (5G). Además, durante los últimos años se observó un creciente avance de las tecnologías UMTS/HSPA y LTE sobre aquellas de segunda generación móvil, como GSM (2G)”.
Refiere que si se compara el mercado a finales de 2014, con la estructura de líneas por tecnología para marzo de 2020, existe un cambio rotundo. Mientras que para finales de 2014 las líneas GSM (2G) representaban 59 por ciento del mercado y las de banda ancha móvil apenas el 39 por ciento, para el 2020 los servicios de banda ancha móvil conformaban el 89.14 por ciento del mercado.
“Sólo las líneas LTE representaban el 53 por ciento del total de líneas móviles en la región para marzo del 2020, cuando en 2014 sólo suponían el 1.8 por ciento… Las estadísticas evidencian la adopción de servicios de banda ancha móvil en los distintos mercados de la región”.
Brasil, por ejemplo, llegó muy cerca de cubrir sus 5 mil 570 municipios con redes 4G en el 2020; En Chile, mientras tanto, las conexiones móviles 3G son menos de 2 millones, frente a un total de más de 20 millones de conexiones 4G, mientras que las de 2G son prácticamente inexistentes para la transmisión de datos.
En Ecuador, el total de líneas celulares activas GSM (2G) se mantiene por debajo de los 2 millones en los últimos años, acompañada también de una reducción las conexiones UMTS y HSPA (3G), aunque en este mercado, 4G aún tiene bastante camino por recorrer para sustituir a sus antecesoras por completo.
La evolución tecnológica demandará a los operadores mayor capacidad de espectro radioeléctrico para poder desplegar sus redes de telecomunicaciones de quinta generación. E incluso es necesario mayores porciones de espectro para potenciar las actuales redes 4G.
Ese punto es clave para ser considerado en una región como América Latina donde el promedio de espectro entregado a la industria móvil fue de 392.1 MHz para mayo de 2020, lo que equivale al 20 por ciento de la sugerencia de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) para el 2020 en un escenario competitivo alto.
Asimismo, el aumento en el consumo de datos, que necesitarán tanto usuarios individuales como la industria, requerirá a la par mayores porciones de espectro radioeléctrico; se prevé que América Latina pasará de 11 Exabytes consumidos en 2019 a mil 686 Exabytes en 2025, de acuerdo con el Ericsson Mobilty Report.
Es decir, existe una necesidad de mayor cantidad de espectro en la industria móvil para poder desplegar de forma eficiente el 5G, así como para optimizar la oferta existente en 4G; el apagado de redes de legado puede ser una alternativa adoptada por la industria para aumentar esa capacidad de espectro destinada a servicios LTE, LTE-A y 5G.
“Es fundamental que exista una planificación eficiente de la que se haga participe a las autoridades regulatorias y permita consensuar los pasos a seguir con el objetivo de evitar cualquier tipo de penalidad. Contar con un diálogo con las autoridades que busque mejorar las condiciones de migración para los usuarios es un paso necesario”.