Se ha creado una asimetría regulatoria.
Frente a la convergencia tecnológica, que permite la sustitución de servicios tradicionales de voz, texto y tv de paga por plataformas sobre Internet (OTT), es imperativo que la autoridades del sector telecomunicaciones inicien el diseño de un proceso de desregulación reconociendo la nueva estructura del mercado.
«La política de regulación y de competencia económica aún no reconoce esta dinámica y ha creado una asimetría regulatoria desfavorable a los servicios de telecomunicaciones, que distorsiona el ambiente de competencia y genera que se asuman de forma desbalanceda los costos y beneficios de la cadena de valor», señala el documento «Ciudadanos y Telecomunicaciones en Tránsito a la Nueva Economía Digital» publicado por la Anatel.
En ese sentido, la asociación considera urgente que los órganos reguladores adopten una visión prospectiva en el análisis de competencia que reconozca el desbalance e inicie un proceso de desregulación para nivelar el terreno competitivo y que se eliminen las restricciones regulatorias que ponen en riesgo la viabilidad de las inversiones en infraestructura de redes que se requieren para atender la demanda digital en los próximos años.
«Se sugiere que los reguladores inicien el diseño de un proceso de desregulación basado en un enfoque de ‘base cero’, donde la regla general sea la regulación ex post en respuesta a problemas específicos de competencia identificados por la autoridad».
La excepción debería ser la regulación «ex ante», simplificada en mercados donde se acredite de manera fehaciente que en el futuro no prevalecerán condiciones de competencia, y que tal regulación efectivamente lo resolverá, precisó la Asociación Nacional de Telecomunicaciones (Anatel).
«Este enfoque regulatorio daría certidumbre de largo plazo que alentaría las inversiones necesarias para atender el crecimiento y la evolución de la demanda digital».
Cada vez más los usuarios de Internet están eligiendo entre los servicios tradicionales provistos por operadores de telecomunicaciones y los servicios OTT; sin embargo, los jugadores de ambos sectores están sujetos a regímenes regulatorios distintos.
Los primeros enfrentan una fuerte carga regulatoria en materia de concesiones, calidad, gravámenes específicos como el IEPS, contenidos, publicidad, precios, derechos de los usuarios, portabilidad numérica, servicios de emergencia, colaboración la justicia, registro y entrega de información, entre otros.
Por su parte, los servicios de OTT no están sujetos a ninguna regulación específica; y no es claro que se les esté aplicando adecuadamente el régimen fiscal general.
«Esta asimetría distorsiona la competitividad. Probablemente los OTT seguirán desplazando a los servicios tradicionales pero es necesario que la competencia se dé en sus méritos, con esquemas en que se compartan de manera balanceada costos y beneficios de la cadena de valor».
La asociación considera necesario adoptar un nuevo enfoque regulatorio que reduzca el alcance de la normatividad donde sea posible, a fin de tener reglas similares para servicios similares; además de establecer un proceso integral de evaluación «ex post» de las regulaciones vigentes para asegurar que son justificadas, y no imponen costos financieros o administrativos injustificados en los participantes de la industria que acaban perjudicando a los usuarios.
«Este tipo de evaluación es prácticamente inexistente en México, lo cual conlleva un alto riesgo de mantener regulaciones obsoletas o cuyos objetivos pueden ser obtenidos fácilmente mediante soluciones de mercado, dado el acelerado desarrollo tecnológico y los cambios en las preferencias de los consumidores».
Otro fenómeno que se observa a nivel mundial y en México es una creciente integración de los operadores hacia servicios complementarios o potencialmente sustitutos en la cadena de valor; han lanzado sus plataformas OTT para ofrecer contenidos audiovisuales en línea, y varias plataformas OTT tienen alianzas con operadores de telecomunicaciones.
«Ante estas tendencias resulta pertinente preguntarse si el marco regulatorio vigente en México es idóneo para promover un mercado eficiente y competitivo que responda adecuadamente al crecimiento y evolución de la economía digital».
C$T-GM