Iniciativa incrementaría precios y reduciría catálogos.
La imposición de cuotas de contenido nacional en plataformas digitales como Netflix, Prime Video, HBO o Disney+, es una medida proteccionista que atenta contra la decisión de los consumidores mexicanos que verían coartado su derecho a elegir lo que quieren ver, pero también los colocaría ante una considerable reducción de catálogos y por si fuera poco, una posible alza en los precios de los servicios.
“Cuando los gobernantes o legisladores apelan a este tipo de leyes no tienen en cuenta el costo de oportunidad de lo que se pierde cuando se recurre a este tipo de medidas que buscan regular, controlar y de alguna manera tomar decisiones sobre el contenido que consumen o no los individuos en una sociedad”, asegura Antonella Marty, Latam Policy Fellow del Consumer Choice Center (CCC).
La especialista, que moderará la mesa redonda «Las cuotas de contenido: Una amenaza para la elección del consumidor», refirió que una medida como la que plantea la iniciativa que analiza el Senado que incorpora obligaciones como una cuota de contenido de 15 por ciento de producciones cinematográficas y audiovisuales nacionales, lleva implícita una reducción en el catálogo que ofrecen estas firmas.
“Con una medida como esta, Netflix tendría que cortar el catálogo de más de 4 mil títulos para sustituirlos por 600 programas nacionales antiguos, que probablemente nadie, ni los consumidores mexicanos quieran ver”.
En opinión de Antonella Marty, pensar que las cuotas van a garantizar un aumento en la producción o incluso en el consumo de los contenidos nacionales, es un grave error porque se parte de la idea de que los consumidores mexicanos no son lo suficientemente sofisticados como para elegir lo que quieren ver.
Sin embargo, añadió, es claro que desde la perspectiva del consumidor, la decisión de acceder a productos audiovisuales o cinematográficos se basa en la calidad del contenido y si éste satisface sus gustos y preferencias.
Otro aspecto que evidencia la inviabilidad de las cuotas de contenidos es el inminente encarecimiento de los servicios, pues los catálogos de las plataformas se integran en buena medida de títulos con licencias que se negocian a escala regional y global.
“Para cumplir con la cuota, las plataformas se verían obligadas a adquirir más licencias de programas antiguos, dicho costos se trasladarían a los consumidores generando precios finales mucho más altos”.
Además, expuso, una medida como la planteada por el senador Ricardo Monreal en su iniciativa para expedir una nueva ley de cinematografía, haría que la inversión de las plataformas digitales en México no se dedique a hacer nuevas producciones, con nuevos talentos o temas o productos.
“Esas inversiones tendrían que destinarse a comprar, financiar o generar lo necesario para cumplir con la cuota en el catálogo, poner dentro una serie de programas que cumplan con la obligación, generando el efecto contrario y frenando el desarrollo del cine mexicano”.
Para la especialista del CCC, la manera más fácil y exitosa de obtener buenos resultados es eliminar regulaciones innecesarias entendiendo que el mercado no es una multinacional, sino los consumidores que constantemente y de manera voluntaria intercambian bienes, servicios e ideas a partir de la ley de la oferta y la demanda.
“Es necesario tener cada vez menos leyes incongruentes. En América Latina, la historia ha sido así con gobiernos y entidades que buscan decidir por los individuos cayendo en lo que el economista austriaco, Friedrich Hayek, llamó la fatal arrogancia, que es creer que burócratas de turno detrás de un escritorio pueden saber más sobre lo que queremos y necesitamos los consumidores”.
C$T-GM