La proliferación de satélites empleados para proporcionar diversos servicios de telecomunicaciones, en especial los de órbita baja (LEO, por sus siglas en inglés), que serán usados cada vez más para ampliar la conectividad, generaría una nueva ola de “avistamientos” de objetos extraños que formarán parte de una “nueva normalidad”.
“La expectativa es que en los próximos años este tipo de satélites se multipliquen exponencialmente en el espacio. Según la Agencia Espacial Europea (ESA), la Tierra ya tiene alrededor de 4 mil 700 satélites activos en su órbita, pero esto es solo el principio”, destacó Marcelo Leite, director de Estrategia y Portafolio de Sencinet.
La posibilidad de visitas extraterrestres a la Tierra sigue presente en el imaginario colectivo, pero ahora será más probable que los avistamientos de objetos extraños en el espacio se trate de satélites destinados a la cobertura de banda ancha, estimó el directivo de la empresa integradora de telecomunicaciones con una red satelital.
“Los satélites LEO se perfilan, junto con la tecnología 5G, como una de las tecnologías más disruptivas de los próximos años. Los mayores entusiastas apuntan incluso a la posibilidad de que la conexión mediante satélites de órbita baja llegue al punto de establecer una cobertura total del área del planeta con internet rápido y de calidad”.
Los más entusiastas apuntan a la posibilidad de que la conexión mediante satélites LEO, que operan a una altitud de entre 500 y mil 500 kilómetros de la Tierra, llegaría al punto de establecer una cobertura total del planeta con internet rápido y de calidad.
“Muchas empresas, unas más mediáticas y otras no tanto, tienen planes en marcha para difundir constelaciones de satélites reales en un futuro muy próximo. SpaceX, por ejemplo, habla de tener más de 40 mil, mientras que Amazon, en forma más modesta, prevé colaborar con 3 mil 200 y la Startup Astra, con otros 13 mil 600 satélites”.
Ante este panorama es que se tendrían más avistamientos, pues los satélites de órbita baja además de que están a menor altitud pueden reflejar la luz del Sol, pero en este caso se cuenta con información precisa respecto a su trayectoria.
“Dependiendo de dónde mires al cielo, puedes verlos reflejando la luz del sol; estos suelen ser más fáciles de ver en las zonas rurales que en las urbanas por el exceso de luz en las ciudades, y al anochecer o antes del amanecer… Los satélites siguen un camino lineal. Se mueven a velocidad constante y nunca hacen movimientos bruscos”.
Para el experto, esta información puede tranquilizar a las personas que temen de la posibilidad de un combate con seres de otras galaxias, pero aumenta la preocupación de quienes ven en la basura espacial un gran problema.
Y es que incluso antes de esta proliferación de satélites de órbita baja, la ESA trabaja con información de que en la órbita terrestre hay 36 mil 500 piezas de escombros de más de 10 centímetros de ancho.
“El rápido crecimiento del ya gran volumen de este tipo de estructuras que flotan al mismo tiempo aumentará significativamente el riesgo de colisiones entre sí o con cohetes lanzados para otras misiones, lo que podría generar consecuencias aún inciertas”.
C$T-EVP
