Dado que en México se espera que la asignación de espectro para el despliegue de 5G se lleve a cabo durante el año 2020, autoridades como el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y el Organismo Promotor de Inversiones en Telecomunicaciones (Promtel) cuentan con el tiempo suficiente para dar un giro innovador en los procesos.
En opinión de Gerardo Mantilla, de Digital Policy & Law y Artifex Consulting, al usar el método de subasta, se suele colocar un precio base, el cual debe estar fijado en función del despliegue 5G; en ese sentido, es necesario innovar en la aplicación de este método, desde dos puntos de vista: la valoración del precio base y la forma en la que pujan cada uno de los interesados.
“Normalmente, cada interesado presenta un monto con el cual se compromete a pagar si obtiene la buena pro. Ahora bien, es acá donde nos atrevemos a presentar una nueva forma de diseñar este proceso. El cuál se basa, en que los interesados ofrezcan los montos de inversión dispuestos a comprometer por obtener el espectro durante un tiempo definido, en vez de ofrecer un monto superior al precio base definido en el proceso de subasta”.
Por otra parte, explicó en el artículo “5G: Precios del Espectro”, se pueden establecer acciones concretas que permitan obtener un descuento sobre el precio base en función de los compromisos de inversión que presenten los interesados, dependiendo también del lapso en que realizará la inversión.
“Entendiendo que para algunos países el otorgamiento de espectro es un incentivo para obtener mayores ingresos al Fisco y al presupuesto operativo de la Autoridad Nacional de Regulación. Sin embargo, el fin último de cada asignación es mejorar el acceso a los servicios por parte de los usuarios de telecomunicaciones. Además, del incremento de las inversiones por parte de los Operadores. Esto tienen una ventaja superior en la economía de los países en desarrollo al obtenido por el pago de las asignaciones de espectro”.
Es por ello que si se considera establecer la valoración de espectro en función de las inversiones de los operadores se tienen beneficios mayores a las economías de los países, ya que tienen un impacto positivo en la generación de empleos directos e indirectos, mejor cobertura de servicios que impactan directamente en el desarrollo económico de las zonas que no son económicamente atractivas para las empresas.
En otro punto vista, añadió, si se establecen cambios o incentivos fiscales a los operadores por el incremento de las inversiones, se traslada de forma directa el beneficio de las inversiones a la economía real del país, lo que trae mayores beneficios en comparación del incremento del presupuesto del regulador y el país.
“Son beneficios que terminan siendo más directos, la creación de empleo y mejora de la cobertura que impacta directamente en la economía de la población. Sin tener que esperar a que el Gobierno distribuya el beneficio económico obtenido de la asignación de espectro”.
Para Gerardo Mantilla, esto es un cambio innovador en la política regulatoria e intrínsecamente se debe evaluar si la regulación actual lo permite o no, pero es una nueva forma de orientarla para garantizar realmente el factor clave de toda regulación de servicios, que es fomentar los niveles de inversión.
“Por otra parte, se está en el momento correcto en México para lograr esto, ya que se espera que los procesos de asignación de espectro se lleven a cabo durante el 2020, lo que permite hacer estas evaluaciones, por lo que el IFT y Promtel, cuentan con el tiempo suficiente para dar un giro innovador en los procesos de asignación de espectro”, subrayó.
El especialista enfatizó que 5G será una evolución diferente a las generaciones anteriores de redes móviles debido a que su objetivo principal es abarcar mercados diferentes a lo que las generaciones 2G, 3G y 4G habían definido, aunque efectivamente seguirá ofreciendo servicios a los clientes de los operadores móviles que utilizan smartphone, tablets o equipos terminales para el uso en el hogar.
“Esta tecnología tiene la particularidad de requerir otorgar varias bandas de frecuencias a un mismo operador para un despliegue, en cada banda, de una red de acceso y normalmente soportada por la misma red de transporte. Esto implica unos requerimientos de inversión bastante grandes, porque según las bandas identificadas, serían tres porciones de espectro para cada operador, es decir, tres redes que a diferencia de otras generaciones deben realizar un despliegue en paralelo, haciendo un uso intensivo de los recursos financiero de los operadores”.
Refirió, las bandas de frecuencias hasta ahora identificadas en el caso de México, por el IFT y la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), son en la banda baja la de 600 MHz, la banda media de 3.4 GHz y las bandas altas aún no atribuidas, pero seguramente entre las de 26 GHz y 28 GHz.
C$T-GM