Desde la reforma constitucional en materia de telecomunicaciones, sólo nueve estados han modificado su marco jurídico local para homologarlo con la Constitución y reconocer el derecho universal de acceso a las TIC, internet y banda ancha, lo que en opinión de especialistas, refleja lo que está pasando en la federación, pues ningún mandatario en la historia de este país había tenido las condiciones para impulsar una política digital como el presidente Andrés López Obrador.
Con un promedio nacional de sólo 3.21 puntos de los 10 que conforman la Evaluación de Política Estatal Digital 2022, México presenta un avance limitado en la promoción local del ecosistema digital, en facilitar el acceso a Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) e internet a su población e impulsar el uso de la conectividad y la tecnología para el desarrollo de los estados.
“Eso nos da un poco una idea de dónde estamos parados y creo que estamos mejor en términos locales que en lo federal… Es posible separarse de la federación y cambiar la realidad de un estado”, aseveró Mony de Swaan, socio fundador del Centro de Estudios e Investigación en Asuntos Públicos (CEIAP).
Desde la visión de la Evaluación 2022, para alcanzar una política digital robusta, el principal obstáculo fue el incumplimiento de cinco puntos: Diagnóstico del entorno digital, el establecimiento de una agenda digital y de un programa de conectividad, la existencia de una política de infraestructura, así como la homologación de trámites y servicios para el despliegue de infraestructura.
El primero de ellos es la carencia generalizada de 31 entidades de un diagnóstico del entorno digital completo, actualizado y público. Este debería ser el punto de partida para la concepción de cualquier tipo de política, especialmente la digital al ser un sector intensivo en capital y que requiere de la coordinación de los tres niveles de gobierno y de varios sectores”.
En opinión del especialista, si bien puede lograrse mucho desde lo local, pocos estados han actuado, pues tras la reforma del 2013 al Artículo 6 constitucional, que reconoció el acceso y uso de TIC, sólo 28 por ciento de los estados, es decir, nueve entidades han modificado su marco jurídico local para homologarlo con la Constitución y reconocer el derecho universal de acceso a las TIC, internet y banda ancha.
“Los estados están reflejando lo que está pasando en la federación… Ningún presidente en la historia de este país tenía las condiciones para impulsar un programa de conectividad y una política digital como el presidente Andrés López Obrador… y creo que han desperdiciado ese capital”.
Por su parte, Michel Hernández Tafoya, director general de Observatel coincide en que para muchos estados tener una política digital es contar con un encargado de las compras de tecnología en el gobierno, algo distante a lo que se establece a nivel constitucional o lo que consideran diversos parámetros internacionales.
“Si revisamos la estrategia digital nacional, de la Coordinación de Estrategia Digital Nacional de esta administración, vemos que hay esencialmente dos cosas: compras de tecnología por parte del gobierno y además una especie de centralización de esas compras o concentración de esas compras”.
El debate, acotó De Swaan, no es muy distinto al de hace 10 años, «estamos empantanados», pero no sólo queda esperar a que los gobernadores recuperen políticas previas o esperar a que el gobierno federal tenga el entusiasmo de empujar el avance, sino que también toca a todos los demás.
Consideró por ello que, con base en la experiencia internacional obtenida de más de un centenar de países, se les puede sugerir a las entidades federativas del país que ejerzan facultades y realicen acciones, y como ciudadanos y sociedad civil ser mucho más exigentes para caminar con mayor agilidad hacia la transformación.
“Va a suceder tarde o temprano, por la realidad misma de desarrollo tecnológico, los estados se van a dar cuenta que tener una política pública digital es inescapable, el tema es cuánto tiempo se tarde cada estado y lo que cuesta que se tarden demasiado”.
C$T-GM