En América Latina el despliegue de 5G, se trata de una tecnología que al igual que la electricidad o la llegada de internet, tendrá un impacto disruptivo en el desarrollo de la humanidad, dará un impulso a la productividad en un momento clave en beneficio de actores públicos y privados, y sobre todo a usuarios de las próximas generaciones que trabajarán y estudiaran con la infraestructura que se instale desde ahora.
“En Latinoamérica más aún (es importante), porque una de las ventajas que tiene esta tecnología es una ganancia en la productividad. Entre las industrias en Latinoamérica, el problema crónico que tienen es la baja productividad y 5G trae una inyección de productividad. Dependiendo de la industria, vamos hablar de un 20 o 30 por ciento mayor en determinados procesos”, detalló Alejandro Adamowicz.
Al participar en el Mediatek Mobile Latam Congress, el director de Technology & Strategic Engagement de GSMA Latin America, recalcó que en el contexto de la presente crisis sanitaria, esta tecnología permitirá a la región recuperarse y ganar terreno en distintas industrias, y posicionarse en un escalón superior en la economía digital en los próximos años después de la pandemia.
En el panel virtual “5G: La oportunidad para una América Latina digital y Conectada”, el moderador Jesús Romo, analista y consultor de Telconomia, advirtió que los beneficiarios no solo serán privados y para usuarios, sino también para los actores públicos que podrán hacer mejoras en la administración pública.
En ese sentido, Adamowicz destacó que como asociación, la GSMA promueve la adopción de nuevas tecnologías y en las conversaciones con los actores políticos de todo el mundo pone como puntos focales que la aceleración de la 5G pasa primero por la asignación de espectro, recurso del que algunos países requieren hasta cinco o 10 veces más de lo que operan actualmente, así como por la agilización de los procesos de autorización, no sólo de montaje de antenas sino de despliegue de fibra óptica.
No obstante que aún existe mercado para la 4G, como en Centroamérica donde está por debajo del 50 por ciento, en opinión del experto, sí tiene sentido avanzar en el desarrollo de la tecnología 5G, pues el valor de la quinta generación de redes móviles, no se quedará exclusivamente en el mundo B2B.
“5G no es solamente más velocidad, no es un sustituto de 4G, es absolutamente complementario. De hecho en nuestras proyecciones, que llegan a más o menos 12, 14 años a partir de ahora, lo que vemos es que van a seguir coexistiendo las redes 4G y la 5G”.
El experto de la GSMA, reconoció que costará más el despliegue de esta infraestructura, pero las ganancias en productividad para una empresa, a nivel macroeconómico también representarán un valor agregado.
“Toda esa ganancia en productividad, esos nuevos negocios que se pueden generar, volcará valor a la economía. Cuando se hace un caso de negocio eso también tiene que tenerse en cuenta”.
Jesús Romo destacó que se trata más que un cambio de mejora de 4G a 5G, porque se estará migrando con una infraestructura que funciona con una plataforma para habilitar otro tipo de capacidades.
“Por eso estamos hablando de que los beneficiarios no solo van a ser los usuarios en velocidad percibida y del consumo de contenidos, sino en la capacidad que van a tener ahora, por ejemplo, actores públicos y privados que podrán establecer mejoras en la administración pública, mejoras en la productividad”.
Sin embargo, Adamowicz anticipó que se requerirán inversiones importantes pues se tendrá que pasar del paradigma de pocas antenas por kilómetro cuadrado en zonas densas, a decenas o hasta centenas de antenas pequeñas por kilómetro cuadrado, pero si se pone trabas a este tipo de despliegue los países quedarán rezagados.
“El reto principal es convencer a las autoridades de que la tecnología digital y todo lo que tiene que ver con contar con una conectividad abundante, suficiente, es lo que se requiere para que se desarrollen emprendimientos, empresas, y hasta educación para la era digital”.
Es por ello, agregó, que la labor es convencer no sólo a los gobiernos sino a todos los stakeholders, que en definitiva y si se crean las condiciones es para que haya más tecnología.
“Nadie se guarda las antenas. No hay ningún operador en el mundo que no quiera desplegar. El que crea eso realmente está equivocado, los operadores quieren desplegar redes y lo único que están pidiendo es permiso para poder hacerlo y por supuesto en forma rentable. Eso no está a discusión”.
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