Además de una adecuada gestión del espectro radioeléctrico, la eliminación de barreras y promoción del despliegue de infraestructura de telecomunicaciones, la masificación de 5G en América Latina exige tomar medidas para garantizar la asequibilidad de los dispositivos, antes de que se alcancen economías de escala que bajen los precios en el mediano y largo plazo.
En el paper académico titulado “5G para todos y todas. Recomendaciones para promover la adopción y masificación de 5G en América Latina”, Germán López Ardila, detalla por qué es fundamental que los distintos actores del ecosistema puedan acceder a todo tipo de dispositivos (terminales, M2M, entre otros).
“En ese sentido, uno de los desafíos en los primeros momentos de adopción de la tecnología será garantizar el acceso de los consumidores masivos e industriales a los dispositivos (GSMA, 2023)”, subraya el documento, que forma parte del programa de Becas Junior Fellowship del Centro de Estudios de Telecomunicaciones de América Latina (Cet.la).
El abogado colombiano especialista en gestión y regulación de telecomunicaciones y nuevas tecnologías, refiere que en un mercado de fabricantes cada vez más dinámico, existe un creciente número de modelos de dispositivos 5G.
En 2023, se contabilizaban en el mercado global más de 1700 modelos de dispositivos 5G, (Statista, 2023) respecto a más de 900 en 2021 (Mordor Intelligence, 2022), en categorías que van desde smartphones, equipos de Fixed Wireless Access (FWA), módulos M2M y equipos para verticales industriales, muchos de estos cuestan varios cientos de dólares americanos y no son asequibles para los usuarios de la región.
Sin embargo, al ser una tecnología reciente, los dispositivos 5G son especialmente costosos para el grueso de la población y empresas latinoamericanas.
De hecho, en 2021 el precio promedio de un smartphone 5G fue de 815 dólares americanos, lo que, para referencia, supera el ingreso mensual promedio de la mayoría de los países de la región.
“Esto dificulta el acceso a dispositivos, por lo que la demanda de servicios 5G será limitada en las primeras etapas, lo que podría conllevar a unos retornos de inversión menores para los operadores y a un despliegue más lento”.
Germán López Ardila explica que con el comienzo de la operación de las redes comerciales de 5G, un gran flujo de equipos nuevos comenzará a llegar a los mercados de América Latina.
Esto implica que las autoridades encargadas de realizar la homologación de equipos recibirán un gran volumen de solicitudes que deberán responder de manera eficiente y veloz, para garantizar un flujo continuo de equipos.
Es así que la falta de recurso humano y de capacidad operativa de estas autoridades puede convertirse en una barrera administrativa para la entrada de equipos a los mercados, perjudicando los primeros momentos de adopción de 5G.
El proceso de homologación implica que las autoridades nacionales de la región hagan una verificación, que puede ser formal o técnica, en la cual verifican que los equipos que ingresan a cada país cuenten con las condiciones técnicas necesarias para operar en las redes de dicho país.
El especialista refiere como ejemplo positivo en la región la actualización del régimen de homologación técnico realizado por la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) de Colombia en 2019.
“Precisamente, al entender la diversidad y magnitud del ecosistema de terminales que traerá 5G la CRC decidió simplificar el régimen para reducir la carga operativa y hacer más expedito el proceso”.
En lo relativo a disponibilidad de dispositivos para las etapas iniciales de adopción de 5G, es necesario establecer cadenas logísticas de suministro e importación que cuenten con un flujo constante de equipos para sostener la demanda inicial.
Y es que las interrupciones en el flujo de equipos podrían generar retrasos importantes en la velocidad en la cual los operadores, las empresas y los consumidores pueden tener acceso a dispositivos y ralentizar las primeras etapas de adopción.
López Ardilla sostiene que esta es una preocupación razonable, particularmente teniendo en cuenta las dificultades en las cadenas de suministro que se presentaron en 2020 y 2021 debido a la pandemia de COVID-19 y a disrupciones en las cadenas logísticas globales.
“Paralelamente, insistimos en la importancia de tomar medidas que estimulen la demanda, de manera que los dispositivos y equipos 5G puedan ser adquiridos tanto por consumidores masivos e industriales. Precisamente, Corea del Sur estableció abril de 2019 como fecha de lanzamiento de la nueva tecnología con el fin de contar con un suministro adecuado de equipos de red y smartphones”.
En materia de ciberseguridad y confianza digital, el autor del artículo señala que por su tendencia hacia la digitalización, las redes de 5G tendrán nuevas vulnerabilidades que implicarán nuevos desafíos, que deben ser afrontados por todos los actores de gobernanza.
Es por ello que considera fundamental avanzar en esquemas de gobernanza de ciberseguridad que permitan garantizar la seguridad de la información de todos los actores involucrados.
“Así pues, será relevante también hacer importantes inversiones en esquemas de ciberseguridad que garanticen tanto la protección de los datos, como la integridad y continuidad de los servicios de comunicaciones móviles”.
C$T-GM