Aun con rezago digital, México tiene ventanas de oportunidad.
El “empujón tecnológico” generado por la pandemia y que obligó al sector privado a transformar sus actividades y sumarse a tecnologías disruptivas como la Nube, Apps, Big Data, plataformas móviles, Inteligencia Artificial e Internet de las Cosas, está siendo desaprovechado por instituciones del sector público, pues aunque algunos gobiernos y dependencias adoptaron esta tendencia, este proceso no fue generalizado ni se llevó a cabo en forma organizada.
Las elecciones en las que este domingo 6 de junio participarán un millón 714 mil funcionarios de casilla, señala Rodrigo Vargas, director general y fundador de Hero Guest, es un ejemplo de cómo se sigue apostando por la capacitación presencial, lo que implica riesgos de contagio de COVID-19, elevados costos y traslados.
“Sólo en algunos estados, como en Tlaxcala, se ofreció capacitación virtual. Este es uno de varios ejemplos de cómo las autoridades no han aprovechado las herramientas tecnológicas para ofrecer capacitación de manera masiva tal como ya se hace en las empresas privadas”, enfatiza el ejecutivo de la firma de tecnología especializada en entrenamiento y educación profesional.
Además de los funcionarios de casilla, servidores públicos como policías, bomberos, personal de salud y administrativo también podrían ser capacitados de forma masiva a través de aplicaciones que ofrezcan contenido personalizado, lo que no sólo mejoraría su formación sino también su motivación y por ende, incidirá en un mejor desempeño.
Otro ejemplo de la oportunidad de la capacitación masiva es el regreso a las aulas de 1.5 millones de trabajadores de la educación, las herramientas digitales permiten que las personas tengan, incluso en su teléfono celular, la oportunidad de capacitarse de forma divertida, los profesores podrían haber tenido un regreso seguro a clases con una inversión mínima de tiempo y con toda seguridad.
Aunque México tiene un rezago en materia digital, aún cuenta con la oportunidad de agilizar sus operaciones, optimizar servicios ciudadanos, ser más eficiente e incluso eliminar la corrupción al poder medir los resultados en tiempo real.
“Están cambiando las reglas del juego para las empresas, instituciones y gobiernos que ahora pueden tomar ventaja de la innovación tecnológica en pro de sí mismas y de la relación que sostienen con sus clientes y con los ciudadanos.
Por otro lado, Héctor Llerena, especialista en comunicación política y de gobierno, considera que en México no se aprovechó la coyuntura para impulsar una política nacional basada en la tecnología, sino que cada gobierno local, estatal, dependencias y organismos desarrollaron plataformas y aplicaciones, pero en algunos casos decidieron replegarse y simplemente cerrar operaciones.
“Sin duda era la oportunidad para que todo el mundo migrara a herramientas digitales, que las probara y empezara a experimentar, sin embargo, no todo el mundo lo hizo, hubo dependencias que se replegaron; el Poder Judicial, por ejemplo, retrocedió 10 años, pero el Poder Legislativo se pudo adaptar y avanzar”.
Previo a la pandemia algunas dependencias ya utilizaban herramientas digitales sobre todo para ofrecer trámites; sin embargo, otras no se han sumado a estas estrategias a diferencia de las empresas del sector privado que se vieron obligadas a migrar para sobrevivir.
“El gobierno tiene mucho que aprender para empezar a gestionar de una manera distinta, entender que no se necesitan tantas instalaciones y quizá tampoco tanta gente, ni infraestructura para trabajar con herramientas tecnológicas, que fue el gran descubrimiento de las empresas tras la pandemia”.
C$T-GM