Al igual que en otros indicadores económicos y de desarrollo, América Latina presenta una gran disparidad en el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA) con una considerable distancia en la medición del país más avanzado en la materia (Chile) contra el más atrasado (Bolivia).
Además, se observa una fuerte necesidad de capacitar a la fuerza laboral, pues la región concentra muy poco de la inversión global en la materia (lo cual se aprecia como una enorme oportunidad), en tanto que también se registra una gran disparidad en la percepción sobre esta tecnología entre los especialistas, que en su mayoría la consideran neutra o positiva y la opinión pública general, donde la percepción negativa es considerable.
Durante la presentación del ILIA celebrada en la sede de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) en Santiago de Chile y transmitida por videoconferencia, Álvaro Soto, director del Centro Nacional de Inteligencia Artificial de Chile, encargado de la elaboración del documento, destacó que este primer esfuerzo es producto del trabajo de miles de personas a lo largo del continente y ofrece información útil y creíble sobre el estado actual de la situación en la región.
Al presentar los hallazgos de la investigación, Rodrigo Durán Rojas, director de Vinculación y Diseminación del Centro Nacional de Inteligencia Artificial de Chile, dijo que “aun teniendo desafíos comunes, lenguaje común e intereses comunes (los países) estamos colaborando menos de lo que podríamos hacerlo a nivel latinoamericano”.
Un dato interesante es que sólo 2.66 por ciento de las publicaciones sobre inteligencia artificial en el mundo, provienen de América Latina y en términos de patentes, la concentración es enorme, porque 95 por ciento de ellas están en México y Brasil, mientras el resto de la región tiene apenas el 5.0 por ciento restante.
Explicó que para elaborar estos índices (expresados del 0 al 100), se tomaron en cuenta cinco rubros: factores habilitantes; investigación, desarrollo y adopción (que miden la madurez de los ecosistemas); gobernanza; percepción (tanto de especialistas como de público en general) y futuro, con entrevistas a 200 expertos a nivel regional.
Para ello se tomaron en cuenta sólo datos comparables por país. El índice comparó la situación que se vive en materia de inteligencia artificial en una docena de países de la región: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay.
De hecho, es en este último país donde se detectó que el nivel de colaboración científica en la región alcanzó apenas 7.0 por ciento entre 2018 y 2022, campo donde se observa una importante oportunidad, al igual que en las inversiones, pues en 2022, alcanzaron a nivel global 181 mil 200 millones de dólares, contra sólo 8 mil 200 millones de dólares en América Latina.
Mientras el índice general de la región fue de 42.61 puntos, los seis países con mejor desempeño fueron Chile con 72.67; Brasil con 65.31; Uruguay con 54.99; Argentina con 54.76; México con 48.55 y Colombia con 47.62 puntos.
Siguen en la lista Perú con 45.55 puntos; Costa Rica con 33.41; Panamá con 24.66; Ecuador con 22.17; Paraguay con 18.82 y por último Bolivia con 15.10, lo cual, insistió Durán Rojas, refuerza la idea de que prevalece una gran disparidad en la región, al compararse los indicadores que conforman cada uno de los cinco rubros que se estudiaron.
Si bien la inteligencia artificial es una tecnología transformadora que puede implicar enormes avances para la humanidad en temas como trabajo, salud, educación, desarrollo y combate al cambio climático, entre otros muchos, también es verdad que implica posibles riesgos y de ahí la necesidad de una gobernanza eficiente.
Pero la percepción de peligro cambia considerablemente, cuando se comparan las 20 mil publicaciones especializadas que se analizaron, contra las 3 millones de publicaciones en redes sociales que se vieron para este trabajo.
Así, en la percepción de los especialistas, se observaron opiniones neutras en 45.75 por ciento de los casos; positivas en 41.65 por ciento y negativas en 12.60 por ciento; mientras que en redes sociales se presentaron 45.52 por ciento de opiniones neutras; 23.16 por ciento positivas y 31.34 por ciento negativas.
A manera de conclusión, sostuvo que “se refuerza la hipótesis de que el desarrollo de los factores habilitantes evaluados incide fuertemente en la madurez de los ecosistemas de la inteligencia artificial”, además de que el índice muestra a los países mejores prácticas que se pueden implementar a nivel interno para mejorar el desarrollo en la materia.
C$T-GM