Al margen de los usos prácticos que el metaverso promete a los negocios, el comercio y el entretenimiento, esta tecnología revolucionará las relaciones entre personas, será una evolución de varios niveles a lo que actualmente los usuarios realizan en las redes sociales; una experiencia “en el mundo digital que añade lo virtual, como complemento de la corporalidad humana”.
«Hoy ya vemos cómo cada día surgen nuevas formas de presencia (metaverso, inteligencia artificial, robots, chips, hologramas…) que extienden y aumentan la percepción de nuestra realidad, que nos prometen vidas cómodas, fáciles, seguras y sin sorpresas, y que nos permiten dejar a buen recaudo el cuerpo y trascender los límites de espacio-tiempo para sumergirnos en nuestra burbuja digital 3D inmersiva», explica José Ramón Ubieto, investigador de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Con el metaverso los usuarios asistirán a conciertos virtuales, con músicos sustituidos por versiones holográficas de sí mismos, podrán tener cursos en línea, charlas y jornadas mucho más inmersivas, e interactuar con elementos del espacio diseñados para tal uso (pizarras digitales, gráficos, etc.), en febrero de este año, la plataforma virtual al metaverso Decentraland, organizó la primera boda virtual por lo cual es de esperarse que se multipliquen estos eventos.
“La telesanidad, gracias a los accesorios de realidad virtual y realidad aumentada, será mucho más eficaz. También se aplicará a terapias psicológicas y, por supuesto, a un terreno como la educación”, añadió.
Sexo y citas en el mundo virtual, juegos y entrenamiento físico vivirán una revolución digital. No obstante, en opinión del catedrático, el mundo presencial no será reemplazado porque nadie quiere vivir en un metaverso donde el sabor de los besos o la cerveza se pueden simular, “pero no disponemos de nuestro cuerpo para saborearlos», explica el experto.
Aunque la percepción de la realidad podrá aumentar con el uso de estas tecnologías que favorecerán la socialización, la compañía en caso de soledad no deseada, los aprendizajes, el entretenimiento, los usuarios también “buscarán el cara a cara para compensar los encuentros en el mundo digital”.
«A medida que aumente esa realidad virtual, el valor de la presencia, con el misterio que siempre implica encontrarse con otros, ganará enteros. Ya hay estudios que demuestran que lo digital favorece la rutina y lo presencial impulsa la creatividad, algo que conviene tener en cuenta en las reuniones de trabajo por videoconferencia, por ejemplo explica.
José Ramón Ubieto, es psicoanalista, profesor de Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC y coautor, junto con Liliana Arroyo, del libro ¿Bienvenido Metaverso? Presencia, cuerpo y avatares en la era digital.
Por su parte, Pierre Bourdin, profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC, detalló que en el rubro de los negocios, las compras será uno de los sectores en los que el metaverso tendrá uno de las penetraciones más fuertes y primeras, dado el empuje y elevado interés de las marcas.
«Cada proveedor es una especie de puerta hacia el metaverso. Por tanto, todos buscarán que los usuarios, que son los clientes potenciales, entren pasando por su puerta, como ocurre con los centros comerciales: la idea es que vayas al súper y pases ante los escaparates de otras tiendas», explicó.
Incluso de manera muy similar a lo que sucede en el mundo físico, el proveedor buscará vender o alquilar espacios virtuales a otras empresas, siempre que haya logrado que su centro comercial sea el más atractivo.
Aunque los expertos coinciden en que el metaverso es una realidad que aún puede tardar en llegar es imprescindible prever que al igual que en muchos casos del desarrollo tecnológico, hay un lado A y un lado B.
Para Pierre Bourdin es importante no «subestimar ni sobreestimar la importancia», del metaverso en su uso o abuso, ya que es solo una herramienta. «No hemos de olvidar que es una herramienta como el móvil o, si miramos mucho más atrás, la rueda. Sí, se podía vivir bien sin rueda, pero la invención de la rueda impactó en la humanidad. Ahora bien, lo que se hace con la rueda depende de los humanos: se utiliza tanto para hacer la guerra como para la medicina».
«Lo normal es que no dejemos de vivir para mirar la televisión o jugar videojuegos, pero algunas personas, bien porque atraviesan por situaciones adversas, bien por encontrar un terreno favorable, pueden desarrollar adicciones que les cortan de su vida real y en casos extremos pueden llegar a perjudicar a su integridad psíquica y física, como la fatiga extrema o la depresión», detalló Ubieto.
Es imprescindible considerar que «a veces, el postureo exacerba el narcisismo, ya que la realidad digital en todas sus expresiones es un verdadero laboratorio del yo, pero cierta versión fake de uno mismo nos permite acceder a posibilidades impensables», afirma.
Por un lado habrá personas con problemas de timidez o de habilidades sociales que podrían tener un beneficio del relacionarse a través del mundo virtual, pero esto podría convertirse en un problema si lo virtual nunca es sustituido (o no complementa) por lo presencial.
“Nadie cuestiona tu salud mental si en carnaval te disfrazas; el problema es que tú no sepas que se trata de un disfraz. Los juegos, presenciales o virtuales, donde los niños se transforman en otros personajes no los convierten en ellos, sino que más bien les ayudan a tratar (simbólicamente) asuntos delicados como la muerte, la sexualidad, las pérdidas o las frustraciones», explicó el experto.
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