Más allá de la polarización política, todos los sectores de la sociedad y el nuevo gobierno que resulte de las elecciones de junio, “deben ir hacia la creación de una Estrategia Nacional de Tecnologías Emergentes” que no se limite a la Inteligencia Artificial, sino que abarque las novedades disruptivas, “porque si no tomamos la posibilidad de crear tecnología, nos quedaremos muy atrás en la carrera”.
“No podemos quedarnos atrás; tenemos que actuar de manera conjunta, dejar atrás la confrontación y encontrar puntos en común, espacios y arenas donde todos nos escuchemos, para crear esa política pública que nos dé rumbo sobre el desarrollo en los próximos años”, abrazando la tecnología como herramienta de desarrollo, sin satanizarla, pero reconociendo los retos que impone, aseguró Itzul Girón, presidenta del Consejo de Datos y Tecnologías Emergentes (CDETECH).
En entrevista con ConsumoTIC, dijo que México está en un punto crucial de la historia, porque con el avance exponencial de la tecnología, de las decisiones que se tomen hoy como Nación, dependerá el futuro, ése, donde no se quiere ya tener al 40 por ciento de la población en pobreza. “Debemos ocupar los próximos seis años en disminuir al mínimo esa condición, o idealmente erradicarla para siempre”.
Sin embargo, es imperativo que se regulen y entiendan correctamente las nuevas tecnologías, sobre todo ampliando el panorama, porque no todo se limita a la Inteligencia Artificial tan en boga, sino que también están el desarrollo del Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés), la computación en el borde, los casos de uso de 5G y otras tecnologías disruptivas que, como sociedad “tenemos que encontrar la manera de discutir con el Estado”.
Consideró que en este momento cuando está en marcha el proceso electoral, hay disposición de las candidaturas a discutir el tema de la tecnología, pero debemos ser capaces como sociedad de encontrar los espacios y construir una estrategia nacional sólida, entendiendo que la tecnología puede ser una herramienta habilitadora de desarrollo, pero al mismo tiempo implica riesgos “que no podemos perder de vista y por lo tanto hay que regularla”.
Uno de ellos, reconoció, es el desplazamiento laboral que “es un hecho”. Si bien las nuevas tecnologías pueden generar hasta 95 mil nuevos puestos de trabajo, no se puede negar que desplazarán también a por lo menos 45 mil personas de sus empleos actuales, y de ahí la importancia de lograr que la educación tradicional se flexibilice para ayudar a que las personas desarrollen más pronto competencias que sean pertinentes en el mundo actual y avancen a la velocidad que la industria requiere.
De hecho, Itzul Girón advirtió que en la Matriz de Adopción Tecnológica en México, desarrollada por CDTECH, el sector educativo muestra un preocupante rezago, al registrar un nivel de adopción muy bajo en cada una de las nueve tecnologías estudiadas: computación de borde, tecnología biométrica, robótica avanzada, realidad virtual y aumentada, 5G, Inteligencia Artificial, blockchain, metaverso e IoT.
Se trata de la vertical más atrasada de las 10 que se midieron y que incluyen, entre otras, finanzas, gobierno, agricultura, telecomunicaciones y salud, por mencionar algunas, lo cual habla de la urgente necesidad de que la educación se adapte al ritmo del cambio, pues de lo contrario se corre el riesgo no sólo de quedar gravemente atrasados, sino incluso de perder soberanía tecnológica.
Este último tema, se tendrá que atender desde ya con una perspectiva de futuro, porque al ritmo que avanza la tecnología, cada día que se pierda México será más dependiente de desarrollos en el extranjero y estará perdiendo oportunidades para incluir a más personas, para que sean responsables en su vida digital y sepan distinguir la verdad de la mentira y los riesgos que implica el uso de la tecnología.
Todos los problemas que enfrenta hoy en día el país, pueden atacarse con tecnologías disruptivas, pero eso requiere, primero, que los representantes del Estado entiendan qué se puede hacer o no con cada una de ellas y así diseñar perspectivas claras de hacia dónde hay que moverse y con qué prioridades.
Hace falta un diálogo honesto con todos los sectores, más allá de diferencias políticas y aún de la polarización en la que estamos inmersos como sociedad, para que los verdaderamente expertos en tecnología le muestren a los tomadores de decisiones las posibilidades “Frente al cambio que viene, todos debemos estar platicando”.
Como ejemplo de los cambios que podrían operarse a partir de nuevas herramientas, explicó que si se aplica tecnología de punta a las mediciones que hace el INEGI en el sector agropecuario, para tener datos mucho más precisos de los ciclos agrícolas, la conformación y características de la tierra, los recursos naturales disponibles y las rutas críticas de distribución de alimentos, se podría acabar con el desperdicio del 40 por ciento de los alimentos que se producen en el país, lo cual podría calificarse como un crimen, cuando vemos que por lo menos el 10 por ciento de las personas en México padece hambre.
Estos ejemplos demuestran que se requiere de una planeación basada en el diálogo entre los sectores, que parta de un entendimiento claro sobre los alcances de la tecnología y la mejor manera de combinar las herramientas.
C$T-GM