¿Qué tantas conductas podrían permitirse en el metaverso con el argumento de que no es el “mundo real”?, ¿La manipulación de la apariencia reforzaría los prejuicios raciales?, ¿Sería válido tener una identidad distinta para la interacción virtual a través de los avatares? Estas y otras preguntas, para las que aún no existen respuestas pero que es importante discutir, estarían perfilando las oportunidades de la interacción social en el entorno digital.
Es por ello que en el diálogo “Metaverso, las oportunidades del futuro”, espacio virtual donde se reunieron expertos en tecnologías exponenciales, filósofos y psicólogos, se reflexionó acerca de los retos que impondrá este nuevo ecosistema en temas sociales, de identidad digital, inclusión y libertades, entre otros.
Nos guste o no, el hecho de que la identidad pendule entre el mundo digital y el mundo analógico o físico llegó para quedarse, y más que pensar en el tiempo que las personas pasarían inmersas en el Metaverso, lo importante sería el cómo, para qué, quién y con quiénes, consideró Karina Pedace, Secretaria Ejecutiva de la Red de Mujeres Filósofas de América Latina de la UNESCO.
En el encuentro, reconoció que si bien la discusión de esta experiencia se puede tornar abstracta, puede permitirse para poner un poco en jaque la idea de que las personas se verían confinadas en experiencias de tipo solipsistas (forma radical de subjetivismo).
“Lo que se ha intentado propiciar de esta experiencia, luego podremos debatir si con éxito o no, precisamente es propiciar una experiencia fuertemente empática que permita romper esas fronteras solipsistas y poder ponernos en esa posición de un otro, una otra, un otre”.
El filósofo Henrique Siqueiros, profesor de ética de la tecnología de la Universidad Panamericana (UP), consideró como preocupante, desde la visión de las humanidades, el desarrollo integral de los ciudadanos ante un posible uso excesivo de la plataforma, que podría afectar la percepción de la realidad de los usuarios.
“Todas estas competencias cívicas de los ciudadanos que se necesitan para vivir en sociedad hoy están siendo muy acotadas por la experiencia virtual, la percepción de la realidad se ve muy acotada… Aquí la pregunta es ¿Qué visión del mundo construirá el Metaverso? ¿Cuánta diversidad habrá? Porque lo que yo perciba es como se va a configurar mi manera de ver el mundo”.
Sobre cómo un avatar podría llegar a ser una extensión de expresión de la identidad y cómo podría estar ligado a la noción de identidad en el mundo físico, Santiago Mejía, Líder de Ecosistemas Sociales Ashoka México, Centroamérica y el Caribe, consideró engañoso pensar que se pueden crear identidades, construidas a partir de cero, en espacios virtuales.
“La identidad se construye siempre en sociedad, desde cómo me perciben y cómo quiero ser proyectado; exactamente lo mismo funciona en el mundo virtual… Tenemos una gran gama de opciones, pero siempre hay esta noción de construir ese avatar a través de nuestros gustos a través de nuestra historia… no podemos escaparnos de la identidad que somos, aunque más quisiéramos, sino más bien la redefinimos y buscamos otras formas performativas de expresarlas”.
En este tema, Juan Gustavo Corvalán, director del Laboratorio de Innovación (IALAB) de la Universidad de Buenos Aires, Argentina, recordó que al principio se decía que en internet uno iba a poder hacer casi lo que quisiera, pero en general el mundo digital fue tratando de acomodarse de alguna forma, adoptando reglas y principios para que las violaciones del mundo físico también se consideren violaciones en el virtual, lo que en su opinión pasará en el Metaverso.
“No es que viene a crear un nuevo mundo de problemas y de regulación, sino que un 60, 70 por ciento o más van a ser problemas que ya existen en el mundo virtual de hoy; quizá el Metaverso lo va a sofisticar, le va a agregar un par de elementos y esto va a complejizar la investigación, por ejemplo, en la persecución y eventualmente detectar a las personas que están detrás de esto físicamente”.
Por otro lado, descartó que las plataformas o redes sociales pudieran escapar a la regulación existente en los países o a tratados internacionales, porque existen muchas normas para proteger a las personas y a los derechos humanos, la libertad, la igualdad, a las cuales los metaversos se van a tener que adaptar.
“Hay una especie de excesiva creencia sobre que en el Metaverso, las propias plataformas pueden regular el metaverso… como que en una página de internet se puede hacer cualquier cosa o las reglas las va a dictar la página de internet y eso no existe en ningún país del mundo”.
Elena Estavillo, Directora General del Centro-i para la Sociedad del Futuro, planteó algunas interrogantes sobre si en el Metaverso se podría permitir todo bajo el argumento de que lo que pase ahí no es real, como las corridas de toros, conductas que reproduzcan o refuercen la agresión del mundo físico, la interacción con avatares falsos o la prostitución con avatares de personas reales o impersonadas.
Sin embargo, destacó también una reflexión en positivo, pues “los metaversos también pueden ser diseñados de una manera deliberada y propositiva, para crear espacios de libertad, concordia, de paz… también sobre eso tenemos que pensar. Se pueden experimentar libertades que no existen en el mundo físico para muchas personas”.
Las oportunidades que existen en el Metaverso son muchísimas y probablemente sólo se esté viendo la punta del iceberg, pero la cuestión central, expuso Claudia Del Pozo, Directora del Eon Resilience Lab de C Minds, al coincidir con Elena Estavillo, es cómo hacerlos accesibles, seguros, privados, sin exponer, ni causar mayor riesgos a los grupos vulnerables.
C$T-GM