Un millón de nuevos dispositivos se conectarán cada hora.
Miles de millones de dispositivos conectados a los objetos más inimaginables y sensores que monitorean cada aspecto de la vida diaria con la promesa de hacerla más fácil, son algunas de las premisas del ecosistema denominado Internet de las Cosas (IoT), que lejos de ser una moda del mundo tecnológico se vislumbra como el «tren imparable» de la era digital.
«Un ejemplo de ello es el mercado de la salud, donde es posible ver que una persona que está aparentemente sana sufre un infarto que le provoca la muerte, si bien nadie puede ir diario a una revisión médica, sí puede usar sensores que le permitan monitorear de manera constante su cuerpo», subrayó en el contexto de la edición 2018 del Cisco Live!.
En este caso, añadió, la conectividad en el ámbito de la salud tiene otra relación clave con una esfera social más: las ciudades, espacios en donde es posible medir los pasos de los habitantes, a partir de los cuales se pueden definir políticas públicas claras en materia de prevención de problemas cardiovasculares, un padecimiento que representa la primera causa de muerte a nivel mundial.
«La conectividad no sólo es una necesidad moral para salvar vidas, sino una necesidad económica porque el costo de la salud pública en cualquier país para tratar de reducir los efectos de un infarto, por ejemplo, es enorme y eso en los países latinos, lo paga el Estado a través de los impuestos».
Además, añadió el especialista, el IoT y los desarrollos tecnológicos que lo rodean son capaces de generar nuevos negocios al aportar información clave en materia de alimentación, acondicionamiento físico, hábitos sanos, entre otros.
«La principal causa de la hernia de disco es la forma de caminar y la postura, pero qué tal si se obtiene información de cómo camina la gente, los efectos del calzado que usa, entre otros datos, gracias a unos zapatos llenos de sensores. Esto no sólo significa ahorros en tratamientos médicos, sino también prevenir problemas en materia de salud pública».
Para Botifoll, si bien la era digital trae grandes desafíos para las personas, las empresas y los gobiernos, también abre la puerta a un amplio abanico de oportunidades que deben aprovecharse para elevar el bienestar social, económico y educativo.
«Para el año 2020, un millón de nuevos dispositivos se conectarán cada hora en el mundo; eso implica un incremento exponencial masivo de datos, el desarrollo de analíticos con tecnologías adicionales, más que retos nosotros vemos oportunidades».
C$T-GM