Con inversiones globales en el sector privado que pasaron de 67 mil millones de dólares en 2019 a 170 mil millones de dólares en 2021, con China y Estados Unidos liderando la industria, la Inteligencia Artificial (IA) puede traer grandes beneficios, como lo fue el rápido desarrollo de la vacuna contra el Covid-19, pero también riesgos como profundizar las desigualdades, ser usada con fines antidemocráticos que pongan en peligro libertades fundamentales y propiciar la concentración del desarrollo en pocas manos.
Al participar en el foro “IA: Ética y Regulación”, convocado por la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP) y la Jenkins Graduate School, Andrés Morales, recién nombrado representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en México, advirtió lo anterior al destacar que ningún país de América Latina se encuentra en el “top 15” de las naciones que están desarrollando aplicaciones de IA.
Al respecto, Sissi de la Peña, coordinadora de la Alianza Nacional de Inteligencia Artificial (ANIA), coincidió en que la tecnología no es buena ni mala, pero en particular la inteligencia artificial, que es tan disruptiva como lo fueron en su momento la luz eléctrica o el internet, sí puede traer grandes aportaciones al desarrollo, pero también tiene riesgos y por eso “hay que aprender a usar la herramienta y tener conciencia de los riesgos, sobre todo de qué datos se usan, cómo y dónde los usamos”.
De ahí que desde abril de este año se formó la ANIA, con la participación de ambas Cámaras del Congreso de la Unión y todos los sectores involucrados, a fin de generar los lineamientos para su debido manejo y cuidar que no se presenten los riesgos ya señalados. De hecho, desde hace algunas semanas la alianza lanzó una encuesta para preguntar a los especialistas en diversas materias su opinión y próximamente se llevarán a cabo seis mesas de trabajo para analizar diversos aspectos.
A su vez, Andrés Morales explicó que desde el año 2020 la UNESCO, por mandato de los Estados miembros (México incluido), comenzó un trabajo para desarrollar lineamientos éticos para la adopción y desarrollo de la inteligencia artificial, mismos que fueron aprobados por aclamación en noviembre de 2021.
La discusión para desarrollar los lineamientos no se limitó a la tecnología, sino también se centró en temas de derechos humanos, libertades y asuntos económicos, a partir de preguntas como, qué tan transparentes son los algoritmos; qué tan diversa es la información que se usa para nutrirlos; quién lo supervisa; quién responde si se produce un daño y quién gobierna la inteligencia artificial, lo cual “es un temazo para gobiernos: la gobernanza”.
El documento busca dar a los países e instituciones lineamientos desde la perspectiva ética y de derechos humanos para el desarrollo, gestión de la tecnología, diversidad, cambio climático, inclusión y los servicios que la inteligencia artificial puede prestar a la humanidad, incluyendo desde luego la promoción de la paz.
De hecho, el instrumento tiene una herramienta que consiste en la evaluación de la situación de cada país ante este tema y actualmente la UNESCO está “apoyando a 40 países en esta evaluación, 14 de ellos en América Latina, entre los cuales se encuentran Brasil, Uruguay, Chile, República Dominicana y esperamos que este año lo hagamos también con México”.
La idea es ayudar a los países a usar las recomendaciones como guías para este tema, como ya lo han hecho la Unión Europea y otros países desarrollados, pues se trata de un asunto tan relevante, que el propio secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, ha propuesto crear una Agencia Especializada en la Organización, al nivel de todas las que ya forman parte del Sistema.
Sobre este particular, Sissi de la Peña sostuvo que México ya está trabajando con la UNESCO para esta evaluación y de hecho el encuentro que tendrá lugar próximamente en el Senado de la República con la ANIA, contará con el representante de la UNESCO en México.
El objetivo de la ANIA “es reconocer y fortalecer el ecosistema de la inteligencia artificial en México y con ello abrir el debate. Está abierto a nivel global y en México parecía que no había foro especializado para atender el tema con todas las voces (y por ello) nos acercamos al marco de trabajo que la UNESCO lleva globalmente, para alinear las características locales con ese debate internacional”.
En este punto, aseguró que México se encuentra en una fase de preparación para implementar esas recomendaciones de las que fue parte en la discusión y aprobación de los lineamientos éticos elaborados por la UNESCO y ahora la organización está prestando su apoyo técnico para aplicar la metodología que lleve a la plena implementación.
C$T-GM