Gracias a las grandes inversiones que los operadores están realizado en el despliegue de sus redes 5G, México ya se subió a la gran vía digital; sin embargo, la pregunta es si avanzará a bordo de una locomotora de vapor o lo hará en un tren bala, lo cual depende en gran medida de cómo actuará hacia adelante para enfrentar un tema que va más allá del sector telecomunicaciones: los altos costos del espectro radioeléctrico.
“El gobierno mexicano tiene dos puntos a solventar muy importantes. El primero es ver el espectro como un recurso de desarrollo económico y no como un medio de captación rápida de recursos a corto plazo provenientes de los operadores”, sostuvo Anderson Ramires, socio líder de Telecomunicaciones, Media y Tecnología en PwC México.
Y es que para el analista, es fundamental tener un punto de vista mucho más estratégico para optimizar el espectro radioeléctrico como el recurso escaso y limitado que es, pero también como un instrumento de desarrollo tecnológico, y sobre todo como la base de la economía digital que a su vez dinamiza e impulsa diversos sectores productivos.
“Otro punto que está directamente relacionado con esta visión estratégica de largo plazo, es el precio. En esta visión se busca multiplicar la infraestructura, de traer más jugadores, crear otras oportunidades y expandir el mercado”.
El segundo aspecto que ya se está implementando en otros países de la región latinoamericana, pero también en Europa y Asia, es la balanza de subsidios. Por ejemplo, si al gobierno mexicano le interesa llevar conectividad a las zonas rurales, se puede crear un sistema donde se facilita el espectro a cambio de invertir en llevar internet a esos lugares.
“Hay formas de desatar este nudo, es una cuestión de generar esa visión estratégica de mediano y largo plazo, pero no a nivel de gobierno, sino de Estado, así como la educación, la seguridad, el trabajo. Hay una industria abierta a conversar sobre esos mecanismos, y eso es también muy importante”.
Si México logra acordar una camino económicamente viable, balanceado y con reglas estables y de largo plazo, no hay duda que se pueden encontrar soluciones que van a beneficiar a todas las partes, opinó el analista.
Desde la perspectiva de Anderson Ramires, las telecomunicaciones son un tema de Estado para cualquier país, sobre todo en un contexto marcado por las oportunidades de desarrollo social y económico que detonan tecnologías habilitadoras como 5G.
“Hoy ya estamos empezando a avanzar de 6G, computación cuántica e inteligencia artificial, es decir, el salto será mucho más grande. Entonces, esto debe tratarse como un tema de Estado y no como gobierno”, es decir, que la política pública y los proyectos no quedan supeditados al tema político.
De hecho, algunas estimaciones apuntan a que en sólo cinco años se contabilizarán más de 4.6 mil millones de suscripciones móviles de quinta generación a nivel mundial, de las cuales 330 millones estarán en América Latina, lo que indica que hacia el año 2028 esta tecnología tendrá una participación superior al 40 por ciento.
En su reciente edición, el Ericsson Mobility Report muestra que en la actualidad la región cuenta con alrededor de 7 millones de suscripciones 5G, pues la cuarta generación es aún la tecnología predominante con 74 por ciento de todas las suscripciones a finales de 2022.
En la actualidad, es claro que México ha dado un gran paso en el despliegue de redes de quinta generación, lo cual es clave para formar parte de una economía digital marcada por grandes innovaciones en sectores clave como la salud, logística, minería y manufactura.
“México no ha perdido ese tren, los grandes operadores del país están invirtiendo mucho en el despliegue de sus redes 5G, no solamente en las capitales o grandes centros del país, esto es muy importante para mantener el paso global de la tecnología. Estas inversiones lo ponen en una buena posición”.
Sin embargo, existe una gran deficiencia: abordar los altos costos de espectro y su impacto en el desarrollo nacional como un tema de Estado, para lo cual es fundamental contar con visión estratégica de largo plazo que una la voz especializada y técnica de la industria con la ejecución de planes y proyectos encaminados a impulsar la economía digital mexicana a partir de las telecomunicaciones.
“Si México quiere ser un tren bala y mantenerse en un lugar superior, y no ir al ritmo de una locomotora de vapor, tiene que ir en paralelo a lo que pasa en otros países avanzando como Estado, este es un tema que para mi es fundamental. Si México no despierta en esta visión tiene el riesgo de irse quedando atrás y que eventualmente, aunque espero que no, salga del tren”.
C$T-GM