Las autoridades de educación han dejado en las madres, padres o tutores la decisión de elegir la modalidad virtual, presencial o mixta para continuar la enseñanza-aprendizaje de sus hijos e hijas, y en la que intervendrán diversos factores económicos, sociales y culturales, vinculados con las diferentes realidades que vive la población estudiantil en sus hogares.
En cualquiera de estas modalidades, los niños, niñas y adolescentes de las escuelas de la Secretaría de Educación Pública (SEP) empezarán clases en el ciclo escolar 2021-2022, el 30 de agosto próximo; sin embargo, esta vez las opiniones están divididas, pues de acuerdo con la encuesta “Escucharte para un #RegresoResponsable”, de la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF), el 38.6 por ciento se pronunció a favor de continuar la educación a distancia, el 35.3 por ciento por la presencial y el 26.1 por ciento por el modelo híbrido.
Es decir, para más de la mitad de los padres y madres de familia entrevistados, 61.4 por ciento, la modalidad a distancia ya no es atractiva, y por otro lado el miedo al contagio es la principal preocupación que tienen.
“Una verdadera educación de calidad, considerada como actividad esencial, requiere de un mayor compromiso y presupuesto que se vea reflejado en escuelas con infraestructura adecuada, con servicio de luz, agua potable, acceso a internet y programas viables de mejora y calidad”, exigió la organización en una videoconferencia.
El ejercicio realizado del 1 de julio al 6 de agosto en el país reveló que los padres y madres consultados están preocupados principalmente por el contagio de COVID-19, el hecho de que sus hijos e hijas no estén incluidos en programas de vacunación, y que no se cumplan los protocolos de sanitización en las escuelas.
En las entrevistas, reconocieron que ven en los estudiantes secuelas en el aprovechamiento académico, falta de convivencia con compañeros amigos y maestros, actividad física insuficiente, así como problemas de depresión y ansiedad.
“Estamos conscientes de las consecuencias del rezago y abandono escolar y todo lo que esto afecta el desarrollo de nuestro país. Estamos a favor de un regreso, pero que sea responsable no improvisado”.
Además, afirmaron que como padres y madres se han visto afectados durante el confinamiento, pues no pueden estar al pendiente de sus hijos e hijas por falta de tiempo, y han tenido cambios en la dinámica familiar, estrés y ansiedad.
“La autoridad debe definir lineamientos claros, ocuparse por la adecuación de infraestructura, capacitación docente, inspección y vigilancia por la autoridad de salud y de un seguimiento epidemiológico”.
Si bien se se esperaría que 33.6 millones de alumnos que estuvieron inscritos en el ciclo escolar pasado volvieran a clases, la realidad es que 740 mil, que representan 2.2 por ciento, no concluyeron el ciclo escolar, según resultados de la Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación (ECOVID-ED) 2020 del INEGI.
Además, el alumnado de entre tres y 29 años de edad que sí estuvo inscrito en el ciclo 2019-2020 pero que no continuó o desertó en el ciclo 2020-2021 fue de 1.8 millones; de ellos la mayoría, 1.5 millones, fue de escuelas públicas y 243 mil de instituciones privadas.
A la deserción escolar se suma la falta de conectividad, que ha sido un elemento esencial para que muchos de los estudiantes entreguen sus actividades y se mantengan en contacto con los docentes; así como el acceso a equipos de cómputo, como laptops o computadoras de escritorio, cuyos precios inhiben su adopción generalizada en el país.
Es en estos casos en los que la educación a distancia o mixta ahonda las desigualdades que existen entre los estudiantes de México, en especial quienes pertenecen a grupos en vulnerabilidad.
La CEPAL expuso en su análisis “La educación en tiempos de la pandemia de COVID-19”, que el uso de internet ofrece una oportunidad única para acercar la escuela y los procesos educativos a los hogares, pero es importante fortalecer el acceso real de las poblaciones menos favorecidas.
“Aunque la región ha avanzado de manera significativa en la reducción de las brechas de acceso al mundo digital en los últimos años, particularmente gracias a la masificación de la conectividad móvil, aún persisten brechas considerables en el acceso efectivo al mundo digital”.
Cabe recordar que de acuerdo con el “17 Estudio sobre los hábitos de los usuarios de internet en México 2021”, de los 86.8 millones de conectados que hay en México – 76.3 por ciento de la población de seis años o más- 41.6 por ciento que no usan internet es porque no saben cómo usarlo y el 25.6 por ciento porque no les alcanza para pagar por el servicio.
El Objetivo 4 de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas tiene como fin garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, aunque en el caso de millones de estudiantes mexicanos sería un desafío mayor, ante la crisis sanitaria, la implementación de un modelo a distancia con falta de conectividad y materiales ad hoc que les permitan recibir una educación en condiciones de equidad.
C$T-GM