En un mundo cada vez más digital, donde existe el uso estratégico de la información que sin duda se traduce en mejoras significativas de los servicios, la concentración de datos en pocas empresas se perfila como una fuerte barrera a la competencia que hace necesaria la pronta intervención de las autoridades.
«La concentración de datos en pocas empresas podría representar una barrera a la competencia, donde se pueden observar estrategias de negocios de las plataformas dirigidas a evitar que los rivales adquieran más datos. Esto bajo la premisa de que si yo consigo más información, esta no podrá ser utilizada en mi contra”.
Así lo estimó Viviana Blanco Barboza, comisionada de la Comisión para Promover la Competencia (Coprocom) de Costa Rica durante el foro Retos de la Competencia en el entorno digital 2021, organizado por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).
“Las autoridades se ven obligadas a anticipar medidas para evitar abusos de posición de dominio de las plataformas digitales, de lo contrario, según voces internacionales, el daño a los consumidores podría ser severo», alertó.
Y es que con esta acumulación de datos se genera un ciclo o una retroalimentación que hace que se fortalezca cada vez más la posición de mercado de las empresas dominantes, es decir, los fuertes se vuelven más fuertes y los débiles más débiles.
A ello se suma que las autoridades de competencia no poseen la capacidad de actuar con suficiente rapidez para analizar adecuadamente los mercados digitales para establecer las medidas correctas en el tiempo correcto para no frenar la innovación.
“Las autoridades de competencia tienen un reto de ser innovadoras y flexibles para atender los retos que plantean los mercados digitales, que las teorías de daño deben incorporar cada día más el papel de los datos, la privacidad, la combinación de esos datos, la propiedad; si los datos son del usuario y no de la empresa y que los mercados digitales deben analizarse como un ecosistema que involucra diversos ámbitos de política pública”, sostuvo.
A decir de Blanco Barboza, el tema no sólo es de competencia económica, sino de seguridad, de inclusión, privacidad, pluralidad y que todos estos ámbitos están regulados por diversas autoridades.
“Por ello se requiere de una alineación de objetivos entre autoridades para que se dé un abordaje integral y una adecuada regulación de los derechos de los consumidores y de los usuarios; se requiere coordinación en lugar de conflicto entre las autoridades”.
El dinamismo de las plataformas digitales requiere la cooperación entre autoridades alrededor del mundo para identificar conjuntamente las mejores prácticas en la regulación de los mercados digitales.
En su oportunidad, Georgina Núñez, oficial de Asuntos Económicos de la División de Desarrollo Productivo y Empresarial de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe, expuso que la creciente «datificación» es el centro y condiciona el comportamiento de las empresas.
En la Mesa Economía Digital, regulación e integración vertical de las plataformas digitales, afirmó que la datificación de la economía plantea nuevos desafíos de regulación, de política y sobre todo, de gobernanza.
Respecto a la preponderancia de la economía digital, indicó que en el periodo 2020-2021, el valor de la industria digital, incluyendo Telecomm, software, hardware y plataformas era de un tercio del valor de las industrias tradicionales, lo cual representaba 28 por ciento del valor de mercado de las 5 mil empresas más grandes del mundo.
En su ponencia, mencionó que las adquisiciones predatorias impulsadas por datos, integraciones verticales y horizontales, son retos que van más allá del alcance de las políticas de competencia y marcos regulatorios tradicionales, así como la importancia de la creación de mercado de datos y la eliminación de barreras de entrada.
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