Urbes como la Ciudad de México, que es hogar de 9.2 millones de personas y ocupa la segunda posición en población a nivel nacional, superada sólo por el Estado de México, y donde conviven 6 mil 163 habitantes por kilómetro cuadrado, siempre han significado un gran reto para la movilidad, pero ahora también el escenario perfecto para alternativas como el código abierto y el uso de datos masivos.
Ejemplo de ello es el “Congestiómetro”, un proyecto de código abierto que en su actual versión 2.0 se aplicó en la Ciudad de Buenos Aires, Argentina, con el apoyo financiero y técnico de la División Transporte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con el que se ha planificado y gestionado el tránsito con el uso de datos masivos proporcionados por la aplicación Waze.
“Una las principales dificultades que tenía el gobierno de la ciudad era cómo procesar la gran cantidad de información que generaba Waze, sin utilizar licencias caras o de paga, y, por otro lado, buscar una herramienta que sea de fácil utilización, de baja complejidad”, explicó Cristian Moleres, consultor de Transporte y Movilidad en el BID.
Por ello este programa de código abierto puede ser descargado, modificado y sumar a proyectos de terceros, con lo que es posible mejorarlo. El fin es contar con una herramienta de desarrollo colaborativo, que permita generar sinergias entre los distintos equipos de movilidad y datos de los gobiernos, de forma de sumar esfuerzos y experiencias.
“Pudimos obtener una herramienta que tuviera la máxima cobertura de la red vial y pudiera reproducir qué está pasando en cada lugar de la ciudad donde haya datos de Waze. Una de las grandes ventajas del Congestiómetro, con la gran cobertura temporal y espacial, es hacer la medición del impacto de las intervenciones (de seguridad vial) y detectar puntos conflictivos y focalizar esfuerzos”.
Las intervenciones urbanas tienen como fin disminuir la cantidad de incidentes en las vías públicas y para ello se utilizan señalamientos horizontales y verticales, pasos de cebra, espacios para ciclovías, reductores de velocidad, así como instalación de semáforos.
En videoconferencia el especialista explicó que la herramienta es simple y amigable, pero suficientemente completa, aunque no requiere de un conocimiento técnico específico para poder usarla; visualiza las congestiones en un mapa, para localizar los puntos conflictivos y permite también hacer estadísticas y representar distintas métricas a través de gráficos.
Waze recolecta toda la información y las disponibiliza, por lo que se puede acceder a datos sobre cuánto es la demora de determinada sección, la longitud de la congestión y cuánta la velocidad promedio, además de una distinta escala de intensidad de congestión,.
Asimismo, se pueden usar filtros para marcar el área de estudio para distintos filtros temporales, con días específicos o elegir las horas, y cuenta con un un módulo que permite ver cuánto fue la congestión real que estuvo sucediendo en un determinado lugar o que está sucediendo en tiempo real y compararlo contra un modelo que está entrenado para predecir, cuánto sería ese valor.
“Puede detectar también puntos donde por alguna razón surgió algo en un sector, por ejemplo, un corte inesperado de tránsito. También comparar cómo se comportan distintas calles en el año actual o versus un año anterior, dos años hacia atrás, y opción que puede entrenar de predecir cuando va a ser la congestión”.
Los millones de viajes que realizan cada día los habitantes de las grandes urbes, así como su población flotante, además de generar un escenario complejo y caótico, proporcionan datos que bien aprovechados pueden mejorar la planificación y evaluación de las intervenciones urbanas.
C$T-GM