Necesario prevenir aumento de brechas laborales.
Innovaciones tecnológicas como la automatización y la digitalización impulsan el crecimiento de la productividad, aumentan los ingresos y generan nuevos empleos; sin embargo, el nuevo entorno puede generar que algunos grupos se vean cada vez más excluidos del mercado laboral o atrapados en el desempleo, en puestos con sueldos bajos o en trabajos temporales.
De acuerdo con el estudio Creación de empleo y desarrollo económico local 2018 de la OCDE, poner en marcha políticas orientadas a integrar a grupos desfavorecidos —como los desempleados a largo plazo, las personas con discapacidad y los migrantes— será decisivo para lograr la cohesión social y para superar la desigualdad.
“Una innovación tecnológica como la automatización puede impulsar el crecimiento de la productividad, generar nuevos empleos y contribuir a alcanzar mejores estándares de vida. Pero debemos prevenir cualquier aumento en las brechas regionales en empleo y calidad del empleo” , dijo el Secretario General de la OCDE Angel Gurría.
En las regiones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los mayores niveles de productividad y las mayores tasas de inclusión tienden a ir de la mano; sin embargo, dentro del mismo país y para el mismo nivel de productividad, algunas regiones parecen ser más incluyentes que otras.
Casi 30 por ciento de la población de los países que conforman la OCDE vive en regiones que han logrado mejorar tanto la productividad como la inclusión laboral desde 2006, pero alrededor de la mitad de los residentes se encuentran en regiones en las que el crecimiento de la productividad se acompañó de una menor inclusión.
En general, señala el informe, las ciudades europeas han sido más eficaces que las ciudades de América en lo que respecta a elevar la productividad y la inclusión. Si se considera una mayor gama de variables de empleo, competencias e ingresos para un indicador compuesto de inclusión, se detectan tendencias regionales similares.
«Muchas áreas de política pública contribuyen a la productividad y a la inclusión, de la política laboral a la de innovación y a la de transporte. La evidencia reafirma la importancia de ofrecer respuestas personalizadas a nivel local en las distintas áreas de política».
La OCDE destaca que la inclusión en el mercado laboral de comunidades vulnerables y grupos desfavorecidos puede fortalecerse al proporcionar formación y desarrollo de competencias previos al empleo, involucrar al grupo objetivo en el diseño y la ejecución de programas e incorporar estas iniciativas en el desarrollo encabezado por la comunidad.
En ese sentido, la economía social puede ser un pilar complementario para estas políticas pues a menudo se orienta al empleo de personas desfavorecidas. Apoyar a las empresas sociales mediante mejores regulaciones marco, acceso a financiación general (incluidas garantías) y apoyo empresarial personalizado son algunas de las maneras de impulsar la economía social.
En este escenario, tanto los gobiernos centrales como las autoridades locales necesitarán conjugar la necesidad de favorecer la automatización para impulsar la productividad con la necesidad de gestionar las pérdidas de empleo que esto podría implicar, sobre todo en las regiones que ya ahora tienen un bajo nivel de crecimiento de la productividad y una alta tasa de desempleo.
C$T-GM