En México se calcula que al menos 18.4 millones de personas, de seis años o más, no tienen acceso a servicios de conectividad con todas las limitaciones que ello implica, siendo la falta de recursos económicos una de las principales barreras que reporta este segmento de la población, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en los Hogares (ENIGH) 2022.
“El gasto total (en conectividad) para los hogares del primer decil (los de menores recursos) representa 109.8 por ciento de sus ingresos totales, lo que les impide ahorrar e imposibilita la adquisición de bienes tecnológicos como smartphones u otros dispositivos. En contraste, en los del décimo decil (los de mayores ingresos) sólo ejercen 50.9 por ciento de sus ingresos, circunstancia que les permite ahorrar, invertir y acrecentar sus ingresos en el tiempo y que profundiza aún más la desigualdad económica entre los mexicanos más pobres y ricos”.
Fabrizio Vargas, de la consultora The Competitive Intelligence Unit (CIU), indica en su análisis que a pesar del crecimiento observado en el ingreso promedio por hogar, el poder adquisitivo de la población mexicana, ha observado una merma, derivado de altos niveles de inflación registrados en el periodo 2018-2022, cuando hubo un acumulado de 23.7 por ciento, factor que restringe la capacidad de los hogares para acceder a servicios de conectividad.
Indica que de acuerdo con la ENIGH 2022, el gasto promedio por hogar hacia servicios de Comunicaciones se estima en 721 pesos mensuales, sin embargo, esta cifra desciende a sólo 247 pesos, entre el 10 por ciento de los hogares económicamente más vulnerables, pero se incrementa a mil 516 pesos entre los hogares más ricos en México.
Esto explica en parte porqué aunque en la reforma de Telecomunicaciones y Radiodifusión de 2013, se estableció a nivel constitucional el derecho de todos los mexicanos a tener acceso a servicios de conectividad, entre uno de cada cinco mexicanos esto no sucede, principalmente por falta de recursos económicos.
Existe una marcada inequidad en la distribución del ingreso en el país, prácticamente en 70 por ciento de los hogares mexicanos se dispone de recursos inferiores al promedio nacional que es de 21 mil 232 pesos al mes, en tanto que los ingresos en los hogares del decil más alto, son 15 veces superiores a los del más bajo, diferencia que resulta prohibitiva para la mayoría de los hogares en México.
“Mientras que 10 por ciento de los hogares más ricos del país perciben un ingreso promedio de 66 mil 899 pesos mexicanos, el 10 por ciento de los hogares con menor poder adquisitivo perciben 4 mil 470 pesos al mes, tal que los mexicanos más vulnerables enfrentan mayores barreras económicas para el acceso efectivo y continuo a la conectividad”.
Esta brecha se acentúa en las poblaciones rurales, donde el ingreso promedio disminuye de 21 mil 232 pesos a 14 mil 365 pesos, es decir 32.3 por ciento menos al promedio nacional. Esto mismo sucede en el caso de los hogares del primer decil, donde el ingreso promedio por hogar en el ámbito rural baja de 4 mil 470 a sólo 3 mil 121 pesos al mes, nivel que marcadamente imposibilita la adquisición de equipos esenciales para la conectividad como un smartphone o una computadora.
Por región geográfica, el escenario no es muy distinto, la brecha cuando se compara el ingreso promedio mensual de los hogares en Baja California Sur (30 mil 472 pesos) respecto de lo observado en estados del sureste como Chiapas (13 mil 282 pesos), se tiene una diferencia de 2.3 veces superior.
“En términos generales, la brecha de ingreso entre los estados del norte y sur resulta en una disparidad económica para el acceso efectivo a los servicios de telecomunicaciones, a partir de la disponibilidad de recursos para contratar y hacer uso de estos”, detalla el especialista de The CIU.
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