En materia de radio comunitaria e indígena, se necesita de una política de Estado más democrática e incluyente que se refleje en una regulación que permita aprovechar los recursos, incluso de tipo tecnológico para darle cabida a otras voces, sostuvo Alma Rosa Alva de la Selva, Doctora en Ciencias Políticas e investigadora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM.
“Por ejemplo, vía Multiplex, dividendo digital, es decir, hay otras medidas para hacerlo, pero también a través de la regulación. Y considerando las condiciones bajo las cuales viven o han sobrevivido estas radios comunitarias e indígenas, hay que acercarse más a ellas, conocerlas a fondo por la función social que cumplen”, destacó la especialista.
Durante su participación en el Foro virtual 100 años de la radio en México, subrayó que actualmente las radios comunitarias buscan desarrollarse en condiciones difíciles y bajo un marco legal lleno de claroscuros para las radios comunitarias, bajo contextos de promesas incumplidas, y de limitados alcances.
Si bien se tenía un marco legal que tenía como verdadero proyecto, entre otros, el de impulsar a la industria mediática de la radiodifusión de los otrora medios electrónicos a los escenarios digitales, eso era lo que se buscaba entre otros objetivos, pero no hacia la apertura a otras voces que es lo que realmente necesita el país.
Para Alva de la Selva el tema de la radio social indígena y comunitaria, enfrenta un marco legal desfavorable en varios aspectos.
Hay un desequilibrio notorio en el régimen de concesiones, establecida en la figura jurídica de concesión que considera todas las modalidades mediáticas, para las de uso social, que es el concepto jurídico, hubo inequidad en cuanto a los requisitos, los procesos y las reglas a cumplir. Adicionalmente existe un espacio muy limitado otorgado a las radios comunitarias e indígenas.
“Contrario a tendencias internacionales que apuntan a establecer o a reservar 33 por ciento del espectro radioeléctrico, ese bien de la nación que nos pertenece a todos, para las radios comunitarias, la Ley Federal las acotó, las relegó con espacios muy limitados y les destinó frecuencias técnicas desfavorables, difíciles de sintonizar”.
Otro punto a destacar es el tema del financiamiento, pues en la ley actual se mantuvo el freno que impide a las radios comunitarias tener recursos para su tarea cotidiana, salvo las que son procedentes de entes o de instituciones federales.
“Se volvió a cerrar la llave a la posibilidad de obtener ingresos con la venta de espacio publicitario. Y esto se impidió aún cuando hay la posibilidad siempre de establecer candados, restricciones para que no se distorsione la naturaleza del propósito de estas emisoras, pero no se quiso abrir esa puerta y se volvió a cerrar el paso para un financiamiento que sería legítimo y que permitiría a estos modelos radiofónicos no simplemente sobrevivir, sino desarrollar su proyecto que no han podido consolidar”.
A decir de Alva de la Selva, la consecuencia de este freno para las radios comunitarias es que, por un lado, se les confina a vivir en la precariedad económica y por otro, se les deja con la dificultad de transitar a los nuevos escenarios mediáticos del ecosistema digital.
“Hay que tomar en cuenta experiencias de radio en internet en radios comunitarias, como ejemplo Radio Teocelo, que es de las primeras, pero si esto se ha logrado, es porque ha sido con base en esfuerzos individuales, de capacidades individuales, de esfuerzos económicos que están costando mucho y que no son las condiciones necesarias para que estas emisoras puedan seguir haciendo su trabajo de manera más amplia”, abundó.
Además, la precariedad económica y financiera a que son sometidas, les dificulta hacer esa llamada transición, poniendo en riesgo su modelo a futuro o al menos dificultando ese tránsito como otros medios sí tienen posibilidades porque tienen condiciones más desfavorables.
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