Bajo el principio de que “a ninguna sociedad le conviene una ciudadanía sin capacidad crítica, a menos que sea una sociedad totalitaria”, el Estado debe tomar en sus manos la tarea de promover la Alfabetización Mediática e Informacional (AMI), porque de lo contrario tendremos “una sociedad atontada que no tendrá poder de decisión ni transformación”.
Así lo señaló Laura Pinyol Puig consejera del Consejo Audiovisual de Catalunya al participar en el primer conversatorio virtual de la Semana de AMI organizada por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), donde señaló que frente a la necesidad de transformar a la sociedad, se debe llevar a cabo un trabajo transversal con políticas públicas de acceso y garantía de los derechos de los ciudadanos en un contexto democrático.
Es necesario que estas políticas ayuden a superar brechas de edad, de poder adquisitivo, de hábitat urbano y rural, así como de género, porque “no quiero ser catastrofista, pero el mundo nos cambia como usuarios, padres, periodistas y por lo tanto todos tenemos que hacer el esfuerzo de aprendizaje continuo” en temas de alfabetización digital.
Se debe hacer un esfuerzo por transmitir las directrices que permitan a las personas educarse, pues aunque la tecnología les haya transformado la vida, es necesario poner límites como la construcción de una sociedad democrática, el derecho a la privacidad y a contar con información fidedigna, además de establecer criterios para las grandes transnacionales tecnológicas para evitar que promuevan sólo sus propios intereses.
Laura Pinyol señaló la necesidad de que los Estados hagan una radiografía sobre las políticas que impulsan en temas como la agenda de los medios de comunicación, cómo detectar noticias falsas, cuál es el uso que se le da generalmente al celular, cómo influyen las pantallas en las familias y las personas, así como los roles de género que todavía se perpetúan.
De ahí que la alfabetización sea una tarea clave que exige una política pública transversal y la participación de la ciudadanía, la cual está obligada a la constante capacitación ante los cambios estructurales que la tecnología impulsa en la familia, el gobierno, la sociedad y las escuelas, por sólo citar unos cuantos ejemplos.
Recomendó tener cuidado sobre los contenidos digitales a los que se puede tener acceso, porque muchos de ellos no son verídicos. Por ello, es fundamental conducirse con responsabilidad y teniendo en cuenta siempre la cooperación y poner por delante los derechos de la ciudadanía.
Al respecto, Viridiana García, Oficial de Comunicación e Información de la UNESCO, recomendó desconfiar, pues no todo lo que está en redes es cierto. “Debemos aprender a identificar fuentes confiables y buscar contenidos serios y comprobables, pues estamos en un tiempo de corresponsabilidad y por eso debemos tomarnos un momento para identificar qué estamos viendo. Primero analizar y luego dar click”, recomendó.
Para eso, es necesario que haya una política pública para la alfabetización en medios digitales y advirtió que de acuerdo con información de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), hay un serio déficit entre la sociedad en materia de conocimientos para analizar la veracidad de los contenidos, pues más del 50 por ciento de la ciudadanía no sabe hacerlo “y por eso es importante enfocarse en la educación digital”.
Hasta ahora, 30 países miembros de la UNESCO cuentan con estrategias para tomar acciones en materia de alfabetización mediática e informacional, pero es necesario que este tema aparezca en la currícula escolar en todos los niveles educativos.
En su oportunidad, Francisco González López, subdirector de movilización de proyectos en Movilizatorio, organización de la sociedad civil dedicada a la transformación social a través de la participación ciudadana, sostuvo que en el universo digital que a todos involucra, hay problemas serios como el bullying y el acoso cibernético, así como la abundancia de noticias falsas que es necesario identificar para no caer en engaños.
De ahí la necesidad de esta alfabetización digital que también ayuda a fortalecer la participación democrática.
Por eso, debe haber una política pública efectiva en torno a la alfabetización mediática, que necesariamente pase por la colaboración entre la sociedad y el gobierno, “porque ninguno podemos solos”, la cual resumió como “fortalecimiento de la democracia”.
C$T-GM