
A partir de 2018, los operadores en México pagarán las tarifas de terminación de minuto de voz móvil más bajas de la industria bajo el régimen de tarifas asimétricas derivadas de la preponderancia en telecomunicaciones. Es cierto que el régimen de “tasa cero” generaba una asimetría más aguda, pero este periodo no logró sostenerse legalmente.
Independientemente de las hipótesis o ideas sobre una tarifa asimétrica mediada por factores políticos (que no son el objeto de esta columna), para fines de análisis de política pública es importante considerar el cambio tecnológico como un factor que explica por qué las tarifas por este servicio de interconexión serán mucho más bajas en 2018 en comparación con años anteriores.
El paso de 2G a 4G ha representado la posibilidad de hacer más con las conexiones móviles, como pasar de mensajería y voz a acceso sobre Internet con mayores velocidades. Sin embargo, la adopción de tecnologías más avanzadas también beneficia al operador, pues reduce sus costos operativos gracias a mayores eficiencias.
Las tarifas de interconexión se modelan tomando en cuenta los costos totales de los prestadores de servicio y, por lo tanto, están influenciadas por el cambio tecnológico.
Una de las ventajas de redes móviles Long Term Evolution (LTE, comercializadas como 4G) que tiende a tener menos visibilidad es permitir a los operadores un uso más eficiente de componentes de la red (espectro, por ejemplo), reduciendo en el largo plazo el nivel del costo por bit. A su vez, estas redes incluyen una solución para transmitir voz de manera más eficiente y con mayor calidad.
Antes de abordar ese punto específico, es necesario tomar en cuenta que una diferencia entre el modelo que se usa para determinar las tarifas de interconexión para el periodo 2018-2020 es que toma en cuenta que los operadores en el país ya ofrecen LTE.
El modelo de costos que determinó las tarifas para 2017 todavía consideró operadores que sólo utilizaban 2G y 3G.
Por lo tanto, el modelo actualizó sus supuestos y como resultado se reducen en el modelo los costos totales de los operadores, reduciendo en consecuencia las tarifas por terminación del minuto de voz para el mercado.

El modelo también incluyó finalmente el supuesto de que los operadores pueden ofrecer voz sobre LTE (VoLTE), lo que profundiza el efecto de tecnologías más eficientes en la estructura de costos de los operadores simulados en el modelo de costos.
VoLTE es, en términos sobre simplificados, una manera de cursar el servicio de voz totalmente sobre la red 4G sin necesidad de una app ajena del operador, como podría ser WhatsApp o Skype.
El beneficio para el usuario es establecer llamadas en alta definición y que tienden a ser más confiables que las establecidas con apps, pero utilizando la marcación “tradicional”.
Estas llamadas pueden ser mucho más confiables que las establecidas sobre aplicaciones over the top (OTT) pues el operador puede destinar recursos de la red para garantizar la calidad de servicio de las comunicaciones VoLTE.
Sin embargo, los despliegues de VoLTE están todavía en etapa de despegue en términos globales (en México apenas están siendo anunciados) y es una prestación para los usuarios dentro de una misma red. Por lo tanto, las redes 4G harán más eficientes las llamadas on-net, pero las llamadas off-net seguirán siendo conectadas por redes 2G y 3G bajo el esquema “el que llama paga”.
Una alternativa obvia es usar apps de comunicaciones IP mientras la interconexión VoLTE no se concrete. Esto puede permitir a los usuarios tener llamadas en alta calidad, así como reducir el uso de los minutos de su plan (si no son ilimitados, desde luego) utilizando su plan de banda ancha móvil o incluso puntos WiFi.
Para los operadores esto también genera algunos beneficios, como la preferencia de planes más bien definidos por datos, así como la reducción de costos por interconexión, pues las tarifas de terminación no se aplican a comunicaciones sobre IP.
Como se puede observar, VoLTE (aunque sea estrictamente on-net por ahora) y la adopción en general de LTE se traducen en el modelo como una mancuerna que reduce en el modelo la magnitud de los costos, impulsando a la baja el nivel de las tarifas de interconexión.
La implicación general para los operadores es que la interconexión de voz seguirá utilizando el esquema “el que llama paga” y, por lo tanto, este servicio genera una especie de negocio intermedio. Sin embargo, aunque los usuarios están utilizando más minutos derivados de nuevos planes (voz ilimitada o miles de minutos incluidos), el potencial de este negocio es limitado dado que los precios unitarios de terminación se reducirán paulatinamente.
Así, es más probable que los beneficios de voz se mantengan dentro de los planes y no que los paquetes se encarezcan por un servicio que va en declive, sobre todo si se le compara con los ingresos por datos móviles. Los operadores seguirán pagando el costo de la interconexión, pero este se encuentra en los niveles más bajos excluyendo el periodo de prohibición decretado por el Congreso (“tarifa cero”) y eliminado por el Poder Judicial.
Es importante mantener asimetrías para Telcel, pero entender que la tarifa final generada por el modelo debe reflejar que Telcel será uno de los operadores que aprovecharán en mayor escala la reducción de costos producida por el cambio tecnológico, pues este operador tendrá potencialmente la base más amplia de usuarios LTE y VoLTE. En consecuencia, es coherente que la tarifa de interconexión que cobrará en este contexto se reduzca como reflejo de una reducción de sus costos.
C$T-EVP