Antes de pensar en emitir una moneda digital, en México se debería empezar por la acción primaria de sustituir el uso de dinero efectivo por pagos digitales, y por hacer realidad la propuesta del Banco de México (Banxico) de que todos los mexicanos tengan acceso a medios de pago electrónicos seguros, inmediatos, eficientes y sin comisiones, es decir, una verdadera inclusión financiera.
La Ponencia IMEF 2022: Inclusión Digital Financiera, destaca lo oportuno de evaluar la eficiencia que han tenido las iniciativas de transferencias y pago electrónicos, y saber que tan preparado está México para participar en un nuevo capítulo para el sistema monetario que tiene como protagonista las monedas digitales.
Iniciativas como el Cobro Digital (CoDi) es un esquema de pagos que no generan ningún tipo de comisión para el emisor y el receptor de la transferencia, pero desde su implementación en septiembre de 2019 y hasta el cierre de 2021, se tiene la creación de sólo 12 millones de cuentas validadas, de las cuales sólo 770 mil han realizado al menos un pago y 616 mil al menos un cobro.
“Aunque el promedio diario de cuentas que realizaron su primera operación a través de CoDi mostró un aumento entre enero y abril de 2021 y el número de operaciones al cierre de 2021 sumó 3.6 millones por un monto de 2 mil 934.5 millones de pesos, su uso no ha cumplido con el objetivo de fomentar la inclusión financiera a través del registro electrónico de recursos y de un ecosistema adecuado para la iniciación de transferencias”.
La razón responde a muchas aristas relacionadas con algunos rezagos que persisten como baja educación financiera entre el grueso de la población, pero también a otras brechas recientes como la inclusión digital (con más de 40 millones de personas en el país que carecen de conectividad y habilidades digitales) un problema que también aqueja a un buen número de empresas, que no han logrado insertarse a un proceso de transformación digital y, por ende, de la digitalización financiera.
El IMEF recomienda también “antes de impulsar el desarrollo de una moneda digital respaldada por el Banco de México (Central Bank Digital Currency), analizar la experiencia de otros países, como Suecia, Noruega y Países Bajos, que aunque con un nivel de desarrollo diferente al de México, desde el año 2000 ejercen estrategias que han servido de base para otros modelos.
También es oportuno analizar experiencias como la de Kenia, que de acuerdo con la consultora EY Global, 80 por ciento de los keniatas adultos tienen una cuenta de dinero móvil y las transacciones desde dispositivos móviles representan 87 por ciento de su PIB, y su gran población rural y no bancarizada hace que sea el contexto perfecto para que estos métodos de pago prosperen, allanando el camino para su incursión en el desarrollo de una moneda digital.
La investigación realizada por el Instituto Mexicano de Ejecutivos en Finanzas (IMEF), considera que las experiencias mencionadas sirvan como parámetro para reflexionar sobre las estrategias más convenientes en el campo de la inclusión financiera y la justicia social, así como dar respuesta a diversos temas sin resolver.
¿Nuestro nivel de educación financiera permite aumentar la inclusión? ¿El acceso a los dispositivos digitales de los mexicanos contribuye a acelerar el paso para la sustitución de efectivo como medio de pago? ¿México está preparado para que a través de pagos digitales y la adopción de un Régimen de Incorporación Digital (RID) se fomente la educación y la inclusión financiera?
Desde la óptica del IMEF es necesario hacer un recorrido por todos los factores que confluyen, así como identificar y conocer el estado actual de cada uno de ellos, para mostrar y partir de una realidad suficiente para estructurar una propuesta de inclusión financiera efectiva.
“Detonante para que todos los mexicanos puedan realizar pagos electrónicos seguros, inmediatos, eficientes y sin comisiones, lo que, sin duda, beneficiaría a los individuos y al país, y pondría a México en línea con los trabajos que a nivel internacional se están realizando con la finalidad de permitir pagos que sean inmediatos, baratos y universalmente accesibles”.
C$T-EVP