Decir que el encarecimiento del espectro radioeléctrico en México detiene el desarrollo socioeconómico, profundiza las brechas digitales e inhibe las inversiones, no es nada nuevo, como tampoco lo es el hecho de que los operadores de telecomunicaciones se vean obligados a tomar el camino de la devolución de este recurso concesionado y esencial para la conectividad.
Y es que en este mismo espacio se ha hablado, ya por años, de cómo y por qué el país ostenta el penoso título de ser el mercado más caro de América Latina, e incluso con precios más altos que en la mayoría de los países del mundo.
Pero, ¿cuál es el principal factor de encarecimiento? El meollo del asunto está en la evolución de los cánones anuales establecidos en la Ley Federal de Derechos (LFD), pues el costo total del espectro se compone de pagos iniciales y costos por adelantado (costos financieros directos a los operadores por asignaciones y renovaciones) y tasas o cargos anuales.
Es así que organizaciones como GSMA refieren que mientras que a nivel regional las tasas anuales representan en promedio 20 por ciento del costo total del espectro, en México ese porcentaje alcanza el 85 por ciento.
La alta proporción que representan los derechos anuales en relación a los pagos iniciales, sumado al hecho de ser ajustados anualmente por el Congreso, genera una incertidumbre que impacta negativamente en toda industria de capital intensivo.
Es en este contexto que en diciembre pasado, AT&T México hizo efectiva la devolución de 10 MHz en la banda AWS, así como 3 MHz en la de 850 MHz; y aunque este movimiento es parte de su estrategia de portafolio relacionada con este recurso, reconoce que se tomaron en cuenta diversos factores, incluyendo, por supuesto el costo del espectro.
“La empresa ya ha señalado anteriormente que México tiene uno de los costos de espectro más caros, lo cual ocasiona que haya menos personas conectadas, al poner en riesgo las inversiones y generar barreras a la competencia”, asegura la telefónica.
Tal como afirmamos en ConsumoTIC, “dato mata relato”, y aquí le daré uno a partir de un reciente estudio de la GSMA que examinó cuál hubiera sido el impacto de precios alternativos de espectro en el desarrollo del mercado móvil mexicano entre 2010-2022:
Si el costo del espectro hubiera estado alineado con el promedio global, 5 millones más de mexicanos tendrían cobertura 4G y las descargas de datos serían 30 por ciento más rápidas. En palabras simples: el espectro caro no sólo afecta a la industria.
En México, asegura Miguel Calderón, director de Estrategia y Posicionamiento de Políticas Públicas de Telefónica Hispam, “se ha venido matando a la gallina de los huevos de oro. Lo anterior fue lo que llevó a Telefónica a devolver la totalidad de su tenencia de espectro entre el 2019 y el 2022, y a que AT&T devolviera espectro en la banda de 800MHz en las regiones celulares 5 a 9 del país durante el 2020”.
De hecho, datos del propio Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) muestran que con la renuncia a su concesión de espectro, Telefónica dejó de pagar en 2020 alrededor de mil 216 millones de pesos; para 2021, -en forma acumulada- representar 2 mil 418 millones de pesos.
En 2022 el nivel se elevó a 3 mil 667 millones de pesos y para este año la cantidad que la empresa se ahorrará en el pago de derechos por el uso y explotación del espectro que mantuvo en concesión, subirá a 3 mil 976 millones de pesos.
Lamentablemente la renuncia al espectro concesionado por parte de las empresas de telecomunicaciones, no es una sorpresa, es una consecuencia de la falta de visión digital de la autoridad hacendaria y del Legislativo. Ésta, es la crónica de una devolución anunciada.
C$T-GM