Debido a la pandemia ocasionada por COVID-19, los medios digitales han sido de utilidad para millones de usuarios que han ocupado estos medios para compartir sus dudas, preocupaciones, malestares e incertidumbre. Las personas han tenido que afrontar emociones como ansiedad, estrés, tristeza, miedo, frustración, etcétera. Los medios digitales, han sido una vía para que las personas puedan externar su sentir y compartir sus experiencias.
Escribir un whatsApp, expresar malestar emocional en un post de facebook, compartir cómo va el día en Instagram, permiten aliviar un poco estas emociones que en ocasiones están en niveles altos y pueden generar una inadecuada expresión de las mismas ocasionando conflictos en las relaciones laborales, familiares, afectivas o sociales.
Escribir es una acción que puede llevar a tener una adecuada gestión de emociones, es un espacio libre donde no existen limitantes y se puede realizar con sólo tener a la mano un bolígrafo y cualquier material para vaciar lo que la mente y emociones desean.
La pregunta es: ¿Cómo aquello que se escribe ocupando los medios digitales puede ser un recurso que puede ayudarnos a gestionar nuestras emociones?
White y Epston, autores de la terapia narrativa, proponen el uso de documentos escritos como un recurso que otorga sentido y coherencia a las experiencias de las personas, es decir, el objetivo es que su experiencia se transforme en un relato que posea sentido, coherencia y realismo. Al momento de escribir, se recuerdan, se priorizan y se ordenan los eventos, al escribir, se puede nombrar eso que vivimos y todo comienza a tener más sentido.
Por su parte, Reyes Adorna Castro en su libro: “Practicando la escritura terapéutica” (2013), menciona que el proceso de escribir hace posible liberar el dolor y tener la sensación de paz y calma, además puede incidir positivamente en nuestro estado de ánimo, bajar los niveles de estrés y calmar la ansiedad.
Con relación a los medios digitales, los datos de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2020, muestra que entre las principales actividades que realizan los usuarios de internet, se encuentra la comunicación (93.8 por ciento) y el acceso a redes sociales (89 por ciento).
Con estos porcentajes, observamos que una gran cantidad de personas están buscando comunicarse a través de medios digitales y lo están haciendo a través de redes sociales. Los medios digitales nos regalan inmediatez que puede ser el primer paso que necesitamos para comenzar a gestionar nuestras emociones.
Cuando una persona ocupa estos medios para escribir sobre su sentir frente a una noticia, una experiencia del día o cómo pintan las cosas en el trabajo, permite que esa emoción comience a tomar sentido; compartir con otras personas acerca de ello, permite recibir comentarios, pregunten cómo van las cosas o incluso se comuniquen de forma más personal, ya sea por un inbox, un mensaje de voz o una llamada telefónica, esto puede ser de utilidad para que la persona reciba apoyo emocional en un momento de angustia o de ansiedad, sin necesidad de que las personas estén físicamente para brindarle esa contención.
Desde luego, los medios digitales están siendo ese primer paso de gestión, sin embargo, nada suplanta el abrazo, la conversación y el apoyo en vivo y a todo color o bien, el apoyo de un profesional de la salud mental.
Escribir sobre enojos, malestares, angustias, alegrías y triunfos en los medios digitales, puede ser visto como ese primer paso para gestionar de forma más adecuada las emociones que en días caóticos pueden estar en niveles altos y puede ocasionar daños en las relaciones interpersonales.
Escribir permite poder resignificar la experiencia de las personas y puede ser el primer enlace para recibir apoyo emocional en caso de necesitarlo. Es importante comenzar a concientizar sobre un uso más para los medios digitales: medios para fines emocionales.
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