Más de 13 millones de personas superan 60 años.
«Tengo 83 años y un teléfono celular me salvó la vida cuando sufrí un derrame cerebral hace 18». Con esta frase inicia Bertha una breve conversación en la que el objetivo central era saber qué significa la tecnología en la cotidianidad de una mujer que vivió gran parte de su vida en un mundo donde la comunicación, la educación, el trabajo y el entretenimiento estaban supeditados al tiempo y el espacio.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el envejecimiento de la población puede considerarse un éxito de las políticas de salud pública y el desarrollo socioeconómico de cualquier país; sin embargo, también constituye un reto para la sociedad, que debe adaptarse a ello para mejorar al máximo la salud y la capacidad funcional de las personas mayores, así como su participación social y su seguridad.
En México, más de 13 millones de personas superan los 60 años, de los cuales alrededor de 53.9 por ciento son mujeres y 46.1 por ciento hombres; esta población está conformada por generaciones que se comunicaron por telegrama, se sorprendieron con la televisión a color y seguramente le echaron «un veinte» a la ranura de una caseta telefónica en la calle.
Contribuir a la reducción de la brecha digital que existe entre los adultos mayores es un objetivo que Telcel se fijó hace cuatro años cuando inició la operación del programa «Reconectados», el cual ya ha logrado impactar a más de 12 mil personas mayores de 60 años a nivel nacional.
En el contexto del Festival del Adulto Mayor, que se realizó en la Ciudad de México el pasado 26 de abril, personal de la empresa ayudó a adultos mayores a crear algunas habilidades digitales básicas como utilizar un smartphone, entender qué son las aplicaciones móviles, cómo usar un buscador web y los beneficios que ofrecen las redes sociales.
Bajo la premisa de perder el miedo a la tecnología y con la fórmula «lee, analiza y toca la opción deseada», los capacitadores de Telcel enseñan a los adultos mayores a usar y adaptar el conocimiento que han adquirido a lo largo de su vida para aprovechar los beneficios que ofrece la actual comunicación móvil.
El teclado de un teléfono es muy similar al de una máquina de escribir, los colores para hacer y terminar una llamada son representados por el mismo verde y rojo que vemos en los semáforos, los contactos se pueden agregar a un dispositivo móvil con la misma lógica que se hace en una libreta física y cambiar de pantalla es muy parecido a hojear un libro.
«Si esto hubiera existido en mis tiempos, hubiera sido otra cosa porque yo hubiera desarrollado más aptitudes y me hubieran subido de nivel cuando yo trabajaba. Yo trabajé como asistente de directores generales en empresas muy grandes y esto no se usaba, empecé con máquinas rústicas y terminé con la computadora pero no había celulares», señala Bertha.
Sin embargo, Bertha hace hincapié en el uso responsable de la tecnología, pues en su opinión se trata de «una arma de dos filos» que puede disminuir el contacto físico entre las personas que se aman, los amigos y los familiares; un fenómeno que deben cuidar con especial atención las madres y padres jóvenes.
«Agradezco la tecnología y los avances, lo que sí es que cada año dice mi hija, hay que destruir éste que ya no sirve porque ya viene otro con más capacidades. Como personas mayores que somos debemos hacer hincapié en que los padres jóvenes inculquen a sus hijos el uso debido de la tecnología, que no pierdan el tiempo, que no jueguen tanto».
Al igual que Bertha, la señora Silvia asistió al taller teórico-práctico de «Reconectados» y en su opinión, desarrollar habilidades digitales es una tarea que debe realizarse sin importar la edad, pues se trata de un beneficio individual pero también familiar.
«Aunque tengamos una edad avanzada debemos actualizarnos por los hijos y por los nietos, porque dicen mándame un WhatsApp y cómo lo mando, o un mensaje. El teléfono antiguo que está en casa ya no, ahora hasta en el microbús puedo contestar, para mi eso es nuevo, la tecnología avanzó y los viejitos nos fuimos rezagando y poco a poco nos vamos a ir integrando en esta nueva modalidad».
Aunque Silvia sufre de artritis en los dedos y tiene problemas de la vista que le impiden aprovechar funciones como escribir mensajes, está contenta porque ha descubierto que existen otras alternativas como las notas de voz o incluso las videollamadas que le permiten una comunicación inmediata con sus seres queridos.
C$T-GM