Transición exige Pacto Digital público-privado.
La pandemia ha sido un catalizador para acelerar la transformación digital de las economías y las sociedades de América Latina, dinámica que debe continuar concentrándose en los avances obtenidos en 4G y preparar el camino hacia la Quinta Generación (5G), para lo cual será importante contar con políticas públicas que permitan tener acceso a espectro abundante y a un costo asequible.
“El foco en América Latina en este momento tiene que seguir centrado en el desarrollo de 4G, en asegurarnos que esté llegando a todos, con las capacidades y calidad de servicio lo suficientemente alta, porque este avance será el camino que tendremos hacia el futuro para el 5G”, recalcó Ana Valero, directora de Regulación para Latinoamérica de Telefónica.
En el encuentro virtual “Perspectivas de los Sectores de Telecomunicaciones y Radiodifusión en la Reactivación Económica de la Nueva Normalidad”, reconoció que si bien los casos de uso de la nueva generación móvil aún no están plenamente desarrollados, se pueden afrontar con buena calidad a través de las redes 4G.
“Desde el punto de vista de los operadores, vemos tres elementos clave para el desarrollo de 5G: primero, todo lo que tiene que ver con el espectro, es decir, contar con espectro suficiente y a un costo razonable”, sostuvo al participar en el panel “5G y redes de nueva generación como palanca de desarrollo nacional”, organizado por el IFT.
En torno a los desafíos relacionados con el espectro radioeléctrico, la ejecutiva precisó que se requerirá especialmente en la banda de 3.5 GHz, pero también en bandas bajas, de menos 1 GHz, bandas medias de 1 a 6 GHz y bandas altas, de más de 6 GHz.
“Hay varios países de la región donde se está haciendo un trabajo muy importante, para asegurar disponibilidad en la banda 3.5 GHz para todos los jugadores; también tenemos otros países donde la escasez de espectro en esta banda puede generar un reto muy grande para el desarrollo de 5G. Ahí tenemos el proceso en Chile para concursar espectro, donde uno de los problemas importantes que estamos poniendo los operadores es la falta de disponibilidad”.
Para la industria, aseveró, el espectro se convierte en un punto crítico, pues en un entorno 5G las necesidades que tendrán los operadores están entre 80 y 100 megahertz para un despliegue eficiente, por lo que algunos retos que ya se tenían en cuanto a disponibilidad y costo, empiezan ahora a ser más relevantes. “El enfoque tradicional de la asignación del espectro muy centrado en un foco recaudatorio necesita ser revisado”.
Por otra parte, añadió, 5G también pone sobre la mesa el reto de la capacidad de transporte de datos, porque se tendrá un tráfico mucho mayor, y en este caso será clave contar con redes de fibra óptica de gran capacidad. Con la evolución de 4G y los primeros despliegues de 5G se prevé un aumento de casi seis veces en el tráfico de datos móviles entre 2017 y 2024.
Como parte del trabajo para densificar las redes de fibra en la región, es necesario asegurarse que los precios y disponibilidad de las redes de transporte estén en niveles razonables y que se faciliten los despliegues de esta infraestructura.
La quinta generación supondrá un esfuerzo inversor muy fuerte, pues requerirá de tres a cinco veces más sitios que las redes 4G. “Todo esto nos va a hacer que las necesidades de inversión supongan un estrés adicional sobre los operadores y es necesario que pensemos en nuevos modelos de uso de los recursos más eficiente”.
En este rubro, abundó que tanto los reguladores como las administraciones públicas tienen el reto de facilitar el despliegue de infraestructura y reducir la tramitología para acelerar la obtención de permisos, o reducir las trabas.
Incluso añadió que se puede pensar en los despliegues de infraestructura con una nueva aproximación: con enfoques colaborativos, favoreciendo los modelos que permitan la compartición y el desarrollo conjunto de redes, como sucede con China, o en países de Europa donde los reguladores ponen sobre la mesa fomentar el uso compartido de redes para asegurar que 5G llegue a todas las zonas del país.
La directiva de Telefónica para América Latina reconoció que la necesidad de reconstrucción de las economías y de la sociedad a través de la digitalización no puede ser sólo una tarea de los Estados, de las administraciones públicas o de las empresas, sino que requiere del esfuerzo conjunto, y por ello la propuesta es un pacto.
La propuesta es integrar un Pacto Digital público-privado para una transición digital justa y sostenible, para reconstruir las sociedades y economías, basado en cinco ejes: impulsar la digitalización de las sociedades y las economías; abordar las desigualdades sociales, a través de inversión en las competencias digitales.
Asimismo, construir una conectividad inclusiva y sostenible que llegue a toda la población; asegurar una competencia equilibrada y, por último, mejorar la confianza mediante un uso ético y responsable de la tecnología, que proteja los derechos de las personas.
Los modelos de compartición o desarrollo conjunto de redes se están mostrando como un elemento muy importante, como una necesidad de medidas para facilitar los despliegues de infraestructuras.
C$T-GM