De persistir las expectativas exorbitantes de recaudación en el sector latinoamericano de las telecomunicaciones, no sólo se seguirán complicando los procesos de adquisición y renovación de licencias de espectro, sino que además, se impedirá que los países de la región puedan aspirar a contar con planes de inclusión digital universal.
Y es que en el sector telecom, antes de resolver alianzas y otros temas relevantes, es imprescindible hablar de inclusión, pues además de darle “sentido a todo lo demás”, es el paso obligado para construir políticas públicas eficientes que ayuden también a reducir costos de operación de una industria que ha sido capaz de reinventarse, de cuestionar sus propios modelos de operación y hacer cosas distintas para atender a los desconectados.
José Juan Haro, director de Negocio Mayorista y Asuntos Públicos de Telefónica Hispanoamérica, sostuvo que en la lista de los desafíos por superar en el sector, debe estar en primer sitio la inclusión, pues conviene recordar que en Latinoamérica, todavía hay 45 millones de personas sin conectividad, cifra que para muchos podría resultar irrelevante en una región de 600 millones de habitantes.
Pero al mismo tiempo vale recordar que en la región, telecomunicaciones resultó ser una industria deflacionaria, pues mientras las tarifas de muchos servicios públicos como la energía eléctrica crecen, los costos asociados a telefonía e internet tienden a decrecer en el tiempo. El INEGI que mide la tasa de inflación del sector en México, señala que ésta es negativa, y esto siempre es bueno tenerlo en mente.
“Es una ecuación de la cual hay que sentirnos orgullosos, pues representa más cobertura y precios en descenso, sin embargo, sabemos que pese a ello todavía en latinoamérica, -la región más desigual del mundo-, persiste la exclusión digital, un problema que no sólo se manifiesta entre personas sin conectividad, sino también entre aquellas que la tienen disponible, pero no la usan”.
Al participar en el 10° Congreso Latinoamericano de Transformación Digital (CLTD) 2023, el ejecutivo explicó que este fenómeno se refleja entre casi 50 por ciento de los latinoamericanos, muchos de ellos con redes disponibles, pero que no usan el internet y eso representa un grave problema, por lo que es importante el diseño de políticas públicas para definir “a qué le prestamos atención».
En Telefónica, dijo, se tiene la convicción de que la plena conectividad requiere de una revisión para direccionar los esfuerzos y concretar la inclusión de manera más efectiva, porque para los niveles de adopción tecnológica y de habilidades digitales que se manejan en la región, la inclusión no está asociada al desarrollo de la Inteligencia Artificial, el Blockchain, ni 5G o 6G, sino a cómo hacerle para integrar a todos los desconectados.
En segundo término, es importante que al hablar de espectro radioeléctrico se analice cómo los operadores telecom en América Latina pagan tres veces más caro este insumo, que lo observado en mercados como el europeo, algo que representa una gran desventaja y que ha hecho incluso que haya un consenso entre todos los operadores de la región, “de que los precios tienen que bajar”.
En la región, los operadores tienen un ARPU (Ingreso Promedio por Usuario) mucho más bajo que el de la industria en Europa, sin embargo, tienen que pagar tres veces más por el espectro.
Esto explica por qué “Telefónica en México desafortunadamente tuvo que devolver todo el espectro que tenía asignado, porque simple y sencillamente no nos lo podíamos permitir, lo cual supuso tener que desmontar una red con 11 mil nodos móviles, en toda latinoamérica”
La empresa asumió un contrato de red mayorista con AT&T, un camino para demostrar con hechos “que estábamos dispuestos a cuestionar nuestro modelo tradicional de operación, a colaborar, a aliarnos con otros, a compartir del modo más agresivo y reducir costos medios” y realizar mejores ofertas en beneficio de los clientes.
Juan José Haro también abordó el desafortunado resultado que en América Latina han tenido los fondos recaudados por los operadores “traídos de los ingresos brutos del servicio”, para financiar los fondos de universalización, los cuales en gran medida no se han destinado a la ampliación de la conectividad, sino transformarlos en ingresos fiscales, tal y como sucedió en Brasil.
“En buena cuenta se convirtieron en sobretasas impositivas, de este modo la industria de telecomunicaciones que provee un servicio esencial, se transformó en un bien de lujo, por lo menos en su régimen fiscal, pues lo tasaron igual que la venta de bebidas alcohólicas, lo que evidentemente representa una política regresiva”.
Por ello para alinear objetivos de buenas intenciones con la realidad, hay que asegurarse de que esto no sólo es responsabilidad de los estados, sino que las empresas demuestren que realmente tienen la convicción para conectar a todos; como el “caso nuestro en Perú, con Internet Para Todos, una empresa sostenible que el día de hoy, sirve no solo a Telefónica su fundadora, sino a otros operadores como América Móvil”.
“Estamos convencidos que ese tipo de modelos colaborativos de infraestructura en zonas rurales funcionan mejor en la medida en que sean sostenibles y generen rentabilidad… pero no sólo toca pensar en modelos distintos, sino también enfrentar el reto de la mejora regulatoria, hacer diagnósticos y si no hemos logrado los objetivos, cambiar, porque si no en lugar de ayudar a la inclusión, sólo estamos afectando el alcance de ese objetivo”.
En opinión del directivo las alianzas son eficaces y recomendables porque masifican la conectividad, generan eficiencia en las inversiones y evitan duplicar infraestructura, permiten realizar mayor despliegue y de manera más rápida, y brindar acceso más rápido de servicios telecom a más población, por ello es necesario tener regulación políticas públicas que ayuden a replicar este modelo.
Aseguró que el futuro de la economía digital es cada vez más relevante que el espacio físico, su crecimiento es inevitable, por tanto “si no nos digitalizamos rápidamente vamos a continuar postergados como región, las empresas que no se digitalicen van a perder oportunidades y los individuos que no sean capaces de transformarse en sus propias capacidades y habilidades, quedarán excluidos”.
Finalmente llamó la atención sobre la enorme presencia de Google, Amazon y Meta en Latinoamérica, que habla de la necesidad de revisar la regulación, porque la existencia de posiciones de dominio y control hoy no están en el control de la infraestructura, sino en el control de los datos, la verdadera puerta de acceso a la economía digital.
“La inclusión digital es el centro de la actividad de Telefónica. Involucra expandir la conectividad e impulsar el desarrollo de habilidades y capacidades en la población, para aprovechar los beneficios del acceso a internet y la tecnología. Por ello, buscamos conectar oportunidades. Por un lado, con iniciativas que permitan expandir la conectividad ahí donde no ha llegado el internet y luego ofreciendo oportunidades a través del acceso al mundo digital”, concluyó.
C$T-EVP