Producción y distribución está altamente concentrada.
Colocar más contenido cinematográfico y audiovisual mexicano en salas de cine y plataformas digitales, no asegura un incremento de audiencia ni de producción; por el contrario, imponer un mecanismo de este tipo en un mercado altamente concentrado en las manos de Videocine, filial de Televisa, crea barreras artificiales para la distribución de películas de productores independientes y pequeños.
“Al analizar la industria de la producción y distribución de películas mexicanas en el lapso de 2015 a 2019, podemos ver que hay una empresa dominante que es Videocine. A fines de 2019 tenía una participación de mercado de casi el 70 por ciento, lo cual es extraordinariamente elevada”, refirió Andrés Aradillas, profesor e investigador en Economía de la Universidad Estatal de Pensilvania.
En el conversatorio “Cuotas de contenido. Impacto en la competencia y oferta digital”, el académico expuso que la iniciativa que presentó en febrero pasado el senador Ricardo Monreal que busca obligar a las plataformas digitales a reservar el 15 por ciento de sus catálogos a contenidos cinematográficos y audiovisuales nacionales, se da un contexto en el que el mercado presenta condiciones particulares que apuntan a un sólo ganador.
“Al examinar el comportamiento de la industria, podemos ver que el beneficiario de la imposición de cuotas mínimas de contenido sería claramente videocine. Si nos enfocamos en los estrenos que tuvieron mayor audiencia en cines durante el lapso analizado, vemos que el predominio de Videocine es aun mayor”.
El académico refirió que en su estudio denominado “Análisis del efecto de cuotas mínimas de exhibición de películas mexicanas en salas de cine y en plataformas digitales en México”, identificó que Videocine ha distribuido el 78 por ciento de los estrenos mexicanos más rentables desde 2015, obteniendo más del 50 por ciento de los ingresos del mercado.
“Si hacemos el supuesto, que es el más lógico, que sería que para satisfacer las cuotas de contenido, las plataformas y las salas de cine tratarían de buscar los títulos con mayor rentabilidad para atraer el mayor número de audiencia, la participación de Videocine podría subir hasta 80 por ciento.
En un mercado extraordinariamente concentrado, expuso Andrés Aradillas, la imposición de cuotas mínimas de contenido cinematográfico y audiovisual en plataformas digitales, impactaría negativamente la entrada de pequeños productores independientes que ya de por sí enfrentan una gran dificultad para competir con Videocine.
Esto, subrayó el especialista, no es un tema relacionado con la calidad del producto, sino con la habilidad y capacidad técnica y financiera de Videocine de distribuir y promocionar sus películas, lo cual deja al margen a los productores pequeños que tradicionalmente enfrentan desventajas para distribuir sus obras.
Desde la perspectiva de Andrés Aradillas, el problema principal con la imposición de cuotas de contenido es que la autoridad está buscando incentivar la industria a través de controlar la oferta, cuando lo que se debe hacer es impulsar la demanda.
Y es que, aunque el número de estrenos de películas mexicanas mostró una tendencia al alza, pasando de un promedio de 90 durante el periodo 2015-2017, a más de 100 durante 2018-2019; la cantidad de asistentes a salas de cine, se mantuvo prácticamente sin cambios.
Este escenario evidencia que un incremento en el contenido disponible no va a incrementar la audiencia ni la producción cinematográfica, en tanto no se distribuya contenido de calidad y sobre todo, que se garantice que la oferta responde a las preferencias de los consumidores.
C$T-GM