Servicios de Voz LTE, importante desafío.
Si bien el despliegue de la Red Compartida avanza significativamente, es fundamental señalar que el proyecto enfrenta una “brecha de demanda” ocasionada por la baja cantidad de smartphones LTE compatibles con la banda de 700 Mhz, ante lo cual el Estado debe analizar modelos que permitan impulsar la penetración de este tipo de dispositivos en el mercado.
“Un reto para la Red Compartida es que haya suficiente demanda en el mercado, y esta se crea a partir de dispositivos capaces, es decir, terminales que no sólo sean 4G, sino que además soporten la banda de 700 y que soporten VoLTE”, explicó Marco Galván, director de Interacción Estratégica de GSMA para Latinoamérica.
El especialista explicó que generalmente los servicios de voz LTE (VoLTE) representan una complejidad importante para los operadores móviles, pues dependiendo de la recepción las redes realizan un “fallback” para establecer las llamadas, es decir, pasan de 4G a 3G o incluso a 2G.
“El problema es que una Red como la de Altán no tiene la capacidad de hacer ese fallback a 3G, tiene que hacerlo solamente en 4G, si bien le ayuda mucho su frecuencia y penetración, habrá escenarios en donde el fallback sea necesario y no tiene forma de hacerlo. VoLTE tiene sus retos y son las cosas que se tienen que resolver justamente incidiendo en las variables que incentiven la demanda”.
Los Operadores Móviles Virtuales (OMV) también se ven impactados por este escenario pues aún cuando diseñen una oferta atractiva en precio y ancho de banda, si los dispositivos en manos de los usuarios siguen siendo 3G, enfrentarán un mercado potencial reducido.
Para analizar en su justa dimensión el necesario impulso de la demanda, es fundamental ver la cantidad de teléfonos 2G que aún funcionan en el mercado (la consultora The CIU estima que de los 118 millones de líneas que hay en el país, alrededor de 15.2 millones funcionan a través de feature phones), lo cual además refleja lo difícil que es para un usuario promedio acceder a un equipo de gama alta.
“En México seguimos teniendo teléfonos 2G y la pregunta es cómo se sube a los usuarios a adoptar Internet con ese tipo de terminales. Para el sector de la población que tiene un teléfono 2G, el costo de uno 4G puede representar un mes de trabajo”.
Por ello, el Estado debe considerar planes que incorporen el reemplazo de teléfonos en ciertos segmentos de la población, con lo cual no sólo podría cerrar de manera considerable la brecha digital, sino además incentivar la demanda de conectividad.
“Al darle a estas personas una terminal de este tipo se les suma a Internet, es un cambio muy sencillo con el que es posible que en un solo paso unos 20 millones de mexicanos estén conectados, y eso es sólo cambiándoles la terminal”.
Para el especialista, México tiene que pasar de una estrategia en la que el foco principal es identificar y diagnosticar el grado de brecha digital para luego crear oferta, a un modelo en el que el punto crucial sea incrementar la demanda de servicios.
“El reto es resolver el problema de la demanda. Si seguimos pensando que es un problema de seguir ofertando no se avanzará mucho, hay que pensar que Altán ha hecho una gran inversión, sale al mercado y la pregunta es en dónde está la demanda”.
C$T-GM