La llegada de 5G con nuevas aplicaciones y casos de uso, una escalada de objetos conectados, así como la creciente demanda de Banda Ancha Fija (BAF) y Banda Ancha Móvil (BAM) pondrán mayor presión en la necesidad de fibra óptica, un elemento crítico para la conectividad y oportunidad de desarrollo prometidos por la quinta generación de tecnologías móviles en América Latina.
“En el 2022 se tendrá un salto importante en el despliegue de 5G, que va a requerir de ese sistema nervioso de fibra, principalmente porque se tienen ya las primeras licitaciones en Chile, a principios del año pasado; de Brasil, a fin de año, y otros países que van a justificar ese crecimiento en conexiones”, afirmó Sebastián Cabello, CEO de la consultora SmC+ Digital Public Affairs.
El salto de 4G a 5G, el Internet de las Cosas(IoT), nuevas generaciones de Wi-Fi, así como nuevas demandas como el gaming, la Realidad Virtual (RV) y Aumentada (RA), traen un cambio en el modelo de densificación de redes.
Esta necesidad de densificar las redes y cubrir nuevos sitios, que es demanda de fibra óptica, dijo el experto en políticas públicas digitales, resultaría en una inversión que asciende a 17 mil millones de dólares, sólo calculada con base en el despliegue de infraestructura hasta el año 2030.
En el webinar “La conectividad de fibra óptica impulsando la transformación de la sociedad», Sebastián Cabello habló sobre el panorama en el que las tecnologías empiezan a ser de todo tipo, con redes híbridas, soluciones de fibra mezcladas con Wi-Fi, de espectro de uso libre satelital, jugadores neutrales u operadores tradicionales que quieren desentenderse de la infraestructura.
“Tenemos un contexto distinto al que estábamos acostumbrados y cuando vamos a los despliegues, de lo que es la mampostería de casi todo eso, vemos que el 5G va a requerir small cells y cada una significa un tendido de fibra», ambas un vehículo clave para hacer realidad la visión de las ciudades inteligentes.
La densificación con celdas pequeñas será útil para toda una nueva arquitectura de red y necesaria en los casos donde se usen frecuencias mayores a 6GHz; el uso de espectro compartido, no licenciado o libre; áreas de mucha densidad y demanda de tráfico, como estadios o aeropuertos o Pymes que requieran indoor, entre otros.
El Small Cell Forum recomienda más o menos una macrocelda 5G por cada 10 pequeñas, y entre 100 y 350 celdas pequeñas por Km2. “Eso es un desafío enorme porque es un costo enorme”.
Lo que viene en este sentido, advirtió Sebastián Cabello, es sumar a este reto el rol clave que tendrán los gobiernos de la región para la transformación digital, estimular esta industria que necesita de políticas públicas y regulatorias, de armonización con un plan nacional, de iniciativas individuales de conectividad, de colaboración y coordinación entre los distintos tipos de autoridades.
“Lo que empieza a ser complicado para los despliegues que requieren derechos de vía, derechos de paso, es la relación entre gobiernos locales, también las verticales, es decir, hasta agricultura e industria y todos los que también se dedican a promover nuevos despliegues, y los gobiernos nacionales”.
Cabello aclaró que cada país en América Latina tiene que encontrar algo que funcione para lograr la densificación y el soporte de fibra óptica que necesitan, pues si bien han adoptado diferentes enfoques a través de diversas iniciativas, las políticas de promoción al despliegue no han podido ser completamente efectivas.
En lo que los gobiernos tienen que trabajar, coincidió con el reporte Nuevas dinámicas de la gestión de infraestructura de telecomunicaciones en América Latina, comisionado por American Tower Corporation, es en incentivos fiscales, en estimular la inversión en redes y a los operadores que quieran compartir infraestructura donde haya rentabilidad.
“La compartición de infraestructura libera capital para otras empresas, tiene menor impacto ambiental, beneficios públicos y eso es fundamental … pero creo que no en todos lados amerita que haya duplicación de redes, no es que se deba adoptar una, la competencia siempre es buena, pero hay que ver dónde va a ser rentable la competencia”.
Y aunque la consideró como el ideal, otra de las recomendaciones de política pública que hizo fue una “ventanilla única” que resulte en un proceso expedito, a través de requerimientos claros, para reducir tiempos burocráticos y evitar requerimientos duplicados por diversos organismos.
C$T-GM