La falta de una política integral para la digitalización en América Latina ha sido el denominador común que se ve en las acciones de diferentes países de la región, lo que ha dejado persistentes problemas de asequibilidad y exclusión digital, a los que se suma la escasa importancia que se le ha dado a la cobertura social.
“Falta una política integral desde el inicio, desde el diseño, en donde haya un empoderamiento de los ciudadanos y de las agrupaciones en torno a ese diseño. En el caso de México, como en el de otros países, el proceso se llevó a cabo de una forma cerrada, sin inclusión”, sostuvo Judith Mariscal, directora Ejecutiva del Centro Latam Digital.
Al participar en la mesa de debate “Transformación Digital en el Estado”, explicó que como respuesta de política pública se han dado obligaciones a incumbentes; han regresado los micro telcos, hay acceso compartido y telecentros, los fondos de acceso universal que no llevaron a cabo el despliegue y, lo más reciente, son los planes nacionales de banda ancha.
“Cuando vemos qué ha pasado desde 1990, finales de los 80 en Chile, que ha habido diferentes reformas, se han adoptado diferentes regulaciones, que está adopción, esta transformación digital del Estado ha sido más como un Estado regulador que como un Estado que da respuesta a una política pública integral desde el principio”.
Y a casi 10 años del inicio de los planes nacionales de banda ancha, añadió, lo que vemos es que los avances también han sido muy pocos y no han sido suficientes para poder enfrentar la exclusión digital; lo que se ve es falta de infraestructura en las zonas de mayor pobreza y de coordinación intergubernamental y entre sectores, así como de liderazgo para crear esta estrategia de colaboración.
“Si bien hay diferentes grados de avances en los países (de la región), en general todos han sido insuficientes y cada país se enfrenta a un nivel de exclusión digital tanto geográfica como en términos socioeconómicos”.
En el caso de la Red Compartida de México, es un modelo aplicado en varios países, y aunque se trata de una red redundante, aún hay zonas de marginación a donde no ha llegado.
La experta recalcó la importancia de la participación ciudadana en la creación de una política integral, para que los avances logrados puedan superar a las administraciones gubernamentales, y que la cobertura social sea considerada como uno de los elementos más importantes de la política digital.
“En ninguna reforma lo ha sido (la cobertura social), se ha apostado de manera marginal a través de los diferentes ministerios en la región, pero parece que si algo bueno puede traer esta pandemia es crear esta comunidad y abogar por que esto suba en el nivel de importancia de la agenda pública”, añadió.
A pesar de lo que se puede apreciar en el desempeño de la industria, donde hay una inversión privada muy grande, “vemos que está adopción también es un espejo de la desigualdad y de la exclusión social histórica en la región, por lo que podemos ver desigualdad al interior de los países”.
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