De mantenerse los precios actuales del espectro radioeléctrico, México podría retroceder hasta 16 años respecto a otras naciones de la región «que están tomando las decisiones correctas». Además, que esto representaría alejarse de la oportunidad de aprovechar el «nearshoring», que ahora mismo es una alternativa muy importante de desarrollo para el país.
Daniel Ríos, vicepresidente de Asuntos Externos y Sustentabilidad de AT&T México, señaló que sostener esos costos del espectro significaría que el país podría estar hasta dos o tres ciclos de evolución atrasados respecto a la competencia internacional, con consecuencias potencialmente catastróficas para el crecimiento de México.
A ello se suma el reto del creciente porcentaje de recursos que los operadores deben dedicar a las inversiones que exige el despliegue de las nuevas tecnologías, indicó al participar en el panel «Aspectos regulatorios del sector y sus impactos en la brecha digital», en el contexto del Fiber Connecta Latam 2023.
Explicó que para los ciclos de tecnología 2G y 3G, las empresas requirieron invertir alrededor del 11 por ciento de sus ingresos; en el caso de 4G la inversión subió al 14 por ciento, mientras que para 5G se elevó al 20 por ciento y puede incluso subir hasta 50 o 70 por ciento, lo cual es básicamente insostenible y por lo tanto se requieren otros esquemas para ser viable.
Si a este tendecnia se le suma el alto costo del espectro, esto se vuelve un panorama donde las inversiones se hacen francamente imposibles. De ahí la disyuntiva sobre las decisiones que se tomen en el muy corto plazo, sean claras: «si en 2024 bajamos el precio del espectro a niveles internacionales, podemos convertirnos en la próxima Corea o si, por el contrario, seguimos en el esquema actual, nos retrasamos 16 años y vemos cómo países que han tomado las decisiones correctas, como Brasil, Colombia o Panamá, se quedarán con las inversiones que promete el nearshoring».
Sobre el mismo tema, Cindy Rayo, directora para México, Centroamérica y El Caribe de ASIET, señaló que estamos en un momento coyuntural, pues las acciones que se tomen hoy serán determinantes hacia el futuro, sin olvidar que el desarrollo de las telecomunicaciones, permitirá a las naciones subirse al vagón de la transformación digital, siwmpre que se apliquen las políticas púbicas adecuadas, con transparencia y claridad para generar certeza.
Además, que el tema de las inversiones también sea importante, como lo demuestra un estudio preparado por ASIET en conjunto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), según el cual, el sector de telecomunicaciones invirtió 78 mil millones de dólares en la región entre 2018 y 2021.
Pero hoy, las inversiones requeridas equivalen al 23.4 por ciento de las ventas brutas de las empresas, lo cual significa que «el sector está invirtiendo a una tasa superior a lo sostenible» y por lo tanto se requiere establecer un modelo distinto para recuperar la sostenibilidad.
Pero para que esto ocurra, se requieren políticas públicas claras, previsibles, un campo de competencia parejo entre empresas y que se avance en la transformación digital para que cada vez haya más personas aprovechando los servicios que se ofrecen.
A su vez, Ana de Saracho, directora de Asuntos Públicos, Regulación y Mayorista de Telefónica México sostuvo que hace falta una política pública que promueva al sector de telecomunicaciones bajo la óptica de que se trata de una herramienta habilitadora de derechos y de desarrollo economico y social. «Somos el resistol de todo; la conectividad es lo que nos permitirá llevar soluciones que se convertirán en desarrollo para la sociedad».
En ese sentido, es importante que las autoridades dejen atrás el criterio recaudatorio en el espectro radioeléctrico, porque se trata de obligaciones fiscales que están costando demasiado dinero, lo que sumado a la falta de certeza jurídica, hace «dificilísimo que las nuevas inversiones puedan venir».
Aseguró que «el entorno de inversión no es funcional. Es necesario un escenario de competencia en el sector más efectivo, proque si los ingresos de vuelta no se reparten en mejor proporción y todos quedan en un solo operador, no se están invirtiendo» y por ello, es necesario encontrar maneras más disruptivas de rentabilizar la infraestructura y tal vez esto se pueda lograr con asociaciones público-privadas.
De hecho, de cara al proceso electoral 2024, se podría demostrar a los candidatos el beneficio que la conectividad puede traer a la gente y, por lo tanto, al desarrollo del país con mayor PIB y, desde luego, mucho más recaudación fiscal que la lograda con el espectro, para que se deje de ver a éste como la única fuente viable de recursos fiscales.
C$T-GM