La conectividad de 4G y 5G en México y América Latina podrían coexistir por al menos cinco años más, pues las características de la región obligan a incrementar la conectividad disponible con tecnología de cuarta generación en zonas remotas, mientras se fortalece y actualiza la tecnología 5G en zonas de mayor demanda y población, pues se debe buscar una conectividad costo-efectiva en las diferentes regiones.
Hablando de soluciones digitales y acceso a las más modernas tecnologías, “todos quisiéramos tener Ferraris”, pero en muchas partes, por condiciones particulares, eso es imposible y debemos pensar en otras soluciones, aunque se utilicen tecnologías menos avanzadas, pero más accesibles, mientras maduran otras opciones, advirtió Jonny López, ingeniero consultor de ventas para Latinoamérica de Cradlepoint, empresa especializada en desarrollo y uso de conectividad inalámbrica.
En entrevista con Consumo TIC, señaló que si bien en la región y en México el avance de la tecnología 5G ya es importante, todavía hay regiones donde no se ha podido desplegar, debido a las dificultades geográficas y la falta de incentivos económicos para las empresas comerciales.
De ahí que en algunos casos, se esté utilizando infraestructura y bandas destinadas a 4G para ofrecer servicios 5G, a lo que se conoce como servicio no nativo, mientras se logra el despliegue en infraestructura y bandas específicas para esa tecnología, es decir, 5G nativo.
El proceso, anticipó, podría llevar aproximadamente cinco años más, en tanto se empezaría a ver despliegue de 6G hacia finales de la presente década e inicios de la próxima.
En el caso de México, consideró como una ventaja que el Estado cuente con un “brazo en telecomunicaciones” (CFE Telecomunicaciones e Internet para Todos), porque le quita el factor de monetización y permite cubrir comunidades apartadas, remotas, donde “la forma más fácil es usar la conectividad celular, de manera inalámbrica que es lo más viable en términos de costo y eficiencia, porque llegar con cable a escuelas u hospitales lejanas es costoso, toma mucho más tiempo y es muy complicado”.
En ese sentido, recordó que a través de las soluciones inalámbricas, se habilitan derechos como a la salud, la seguridad, la comunicación y el acceso a la información de las poblaciones alejadas que no son atractivas desde el punto de vista comercial para los operadores.
Respecto a las posibilidades que ofrece la tecnología 5G, Jonny López recordó que son muy amplias en términos del Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) y la inteligencia artificial, por señalar algunas y, específicamente será muy útil para crear ciudades inteligentes, pero es necesario entender el concepto como algo mucho más allá de simplemente dotar de acceso a internet a los ciudadanos, sino que se debe considerar un ecosistema que requiere planes maestros con continuidad, voluntad política y financiamiento, más allá de los cambios de administración.
Muchas de las soluciones que permite la tecnología 5G, son apropiadas para labores como los sistemas de gestión de tráfico, el establecimiento de sistemas digitales para recibir la data que recogen en las calles fuerzas de trabajo en campo, como oficiales de seguridad, sus patrullas o ambulancias.
Jonny López advirtió que, uno de los temas que con frecuencia se olvida, es la ciberseguridad, donde las personas son el eslabón más débil porque a nivel individual –e incluso empresarial—por lo general se piensa: “a mí no me va a pasar”, y precisamente por ello, lo mejor es hacer ver las consecuencias de “qué pasaría si sí son víctimas de la ciberdelincuencia”.
En ese sentido recomendó tener una conciencia clara: “así como todos los días comemos, todos los días en nuestra interacción digital hay información crítica y sensible que, en las manos equivocadas puede hacernos daño como individuos o como empresas” y por eso se deben tomar precauciones en ese terreno.
C$T-GM