Riesgoso establecer sólo estrategias de corto plazo.
La industria turística de América Latina y El Caribe tiene la oportunidad de mejorar su desempeño y redireccionar la crisis hacia la recuperación, si aprovecha este periodo para revisar y resolver las amplias “deficiencias existentes” en la capacidad de atención de la salud, brechas de infraestructura, así como una mayor integración a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).
Las perspectivas de largo plazo aún son alentadoras, pese a la recesión, ya que durante la última década el crecimiento de los viajes y el turismo ha superado continuamente el PIB mundial, pero pese al beneficio que brinda la riqueza de los recursos naturales y las mejoras de la apertura internacional, “siguen existiendo numerosos obstáculos como condiciones empresariales de seguridad y protección desfavorables, brechas en materia de salud e higiene, infraestructura subdesarrollada y problemas ambientales”.
De acuerdo con el más reciente análisis sectorial presentado por el Foro Económico Mundial, con el surgimiento de la pandemia del COVID-19 algunas de las fortalezas turísticas y avances que presentaba la región “revisten menor importancia” pues ahora para hacer competitiva esta industria será necesario garantizar capacidad sanitaria y una mejor oferta de viajes digitales.
“Antes del brote de COVID-19, la región latinoamericana y caribeña estaba mejorando en cuanto a competitividad turística, pero la mayoría de sus economías seguían situándose por debajo de la media mundial. Los descensos del turismo brindan a los responsables políticos y líderes empresariales de la región la oportunidad de revisar sus prácticas y políticas, especialmente en materia de infraestructura y desarrollo turístico insostenible, que representan riesgos específicos para la capacidad de recuperación del turismo a largo plazo en la región”, destaca el análisis.
La experiencia observada en Europa muestra que con recursos sanitarios más abundantes, las posibilidades de contener y gestionar casos de COVID-19 son mayores que en países menos desarrollados y con menores recursos sanitarios; resolver este tema puede acelerar la reapertura segura del sector turístico.
“Las limitaciones de la capacidad de atención de salud de América Latina y el Caribe pueden visualizarse en los niveles particularmente bajos de camas de hospital, con 42 por ciento menos de camas por cada 10 mil personas que la media mundial”.
Una mayor disponibilidad de las TIC permitiría a las empresas turísticas y a sus socios de la cadena de suministro prestar más servicios digitales, una ventaja creciente con interacciones interpersonales limitadas.
“Los componentes de la competitividad, como un entorno empresarial y unos mercados laborales favorables también pueden actuar a modo de estímulos del lado de la oferta, generando alivio y acelerando la recuperación”.
El Consejo Mundial de Viajes y Turismo resalta la importancia de reactivar este sector en la región pues estima que representa 10.2 por ciento del Producto Interno Bruto de América Latina y El Caribe, e incluso en algunos países la dependencia de este sector es sumamente elevada, por lo que es imprescindible llevar cuanto antes el actual escenario de recesión a una fase de plena recuperación.
La colaboración entre el sector público y privado es imprescindible para mejorar la competitividad de los viajes y el turismo, sin embargo, de establecer estrategias corto plazo enfrentarán el riesgo de debilitar la capacidad de recuperación a largo plazo de la industria.
C$T-EVP