En los próximos 8 años, es decir, hacia el año 2032, se prevé que en América Latina el número de sitios de infraestructura para telecomunicaciones (antenas y small cells) llegará a 560 mil, impulsado por el crecimiento de datos móviles de 24.9 por ciento, cifra superior al promedio mundial de 19.9 por ciento.
Al presentar el estudio «La gestión de infraestructura de telecomunicaciones como pilar fundamental para el futuro de América Latina», realizado en conjunto con American Tower, Diego Ros Rooney, director asociado de SMC+, dijo que este incremento significa que de desplegarán un total de 202 mil nuevos sitios para 2030 y de 307 mil para 2032 para satisfacer la demanda creciente de los usuarios, gobiernos y favorecer el despliegue de nuevas tecnologías digitales como la realidad virtual y aumentada o la inteligencia artificial.
El ejecutivo de la empresa de consultoría especializada en tecnología y asuntos púlbicos, explicó que «el requerimiento de infraestructura de telecomunicaciones es persistente y crítico en América Latina», región donde la cobertura de 4G en poblaciones urbanas es de 98 por ciento, mientras la población rural llega al 65 por ciento.
Empero, mientras se sigue avanzando en el despliegue de redes de 5G, el tema de los costos es muy importante, pues colocar infraestructura 5G es 70 por ciento más costoso que 4G, cifra que podría reducirse a 39 por ciento, en el caso de que haya compartición de infraestructura.
Con todo, 39 por ciento es una cifra muy alta y está ocurriendo que a veces no se encuentran los casos de negocio que justifiquen la colocación de tal infraestructura, aunado al hecho de que las regulaciones locales muchas veces no coinciden con las nacionales y eso genera problemas para el despliegue.
El estudio compara los resultados de finales del año 2023, respecto al primer estudio similar que data de 2021. En este comparativo, México progresó en conectividad, pero registró pocos avances en materia de reducción de barreras para el despliegue; en la región, Brasil y Perú fueron los que mejores resultados mostraron en este último rubro.
En ese sentido, el documento recomienda a México «actualizar las disposiciones normativas estatales y municipales en relación con la Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano», ley que sólo han homologado a sus leyes locales nueve de los 32 estados.
También se recomienda a México establecer claramente las atribuciones de cada autoridad relacionada con los servicios de telecomunicaciones y que las autoridades municipales conozcan mejor los límites de sus competencias para que puedan orientar a los interesados.
Además, insistió en la importancia de promover la compartición de infraestructura, tema que todavía está relativamente atrasado en América Latina en general.
Prueba de ello es que en Argentina y Perú, cada sitio (antena o small cell) es usada por 1.1 operadores; en Chile y Paraguay por 1.2 operadores; en Brasil y Costa Rica por 1.3 operadores y en México y Colombia por 1.5 operadores, lo cual habla de que hay un margen para mejorar.
Las ventajas de esta posibilidad son claras en términos de la posibilidad de incrementar la cobertura de manera más ágil en zonas hasta ahora desconectadas, fortalecer la competencia, disminuir el número de sitios necesarios y el ahorro en energía, con la consecuente reducción de impacto ambiental.
Según el estudio, la infraestructura disponible en México era de 41 mil torres en 2022 y se espera que hacia 2032, alcance las 80 mil, si bien esta cifra es inferior a la que se había proyectado en el estudio anterior.
Y es que el despliegue «no es una tarea trivial ni fácil», depende de muchos actores, es compleja y en ella intervienen sectores públicos, privados y hasta vecinales, en el caso de que se pretendan colocar infraestructuras en edificios privados y en colonias.
En su oportunidad, Javier Juárez Mojica, comisionado presidente del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), reconoció que en efecto el despliegue de infraestructura es caro y por lo tanto complicado para las empresas, pues de acuerdo con cálculos de la OCDE la obra civil para establecer redes de telecomunicaciones representa hasta el 60 por ciento de la inversión de las empresas.
Por otra parte, se trata del «alma» de las telecomunicaciones, aunque no se vean y por lo tanto se tienen que encontrar soluciones para que el despliegue resulte más fácil.
Con todo «no se trata de inventar el hilo negro», pues hay muchas experiencias en países de la región, como por ejemplo Brasil, que se pueden tomar como puntos de partida.
Respecto a la propuesta de que la Ley de Infraestructura se pueda aplicar en todo el país, consideró que es un tema que se debe estudiar con más detalle, porque constitucionalmente el desarrollo urbano compete a los municipios, algunos de los cuales ni siquiera cuentan con disposiciones legales para el establecimiento de torres de telecomunicaciones.
C$T-GM