En 1950, Alan Turing se hizo una simple pregunta: “¿Pueden las máquinas pensar?”. A la luz del creciente de desarrollo de sistemas de tecnologías disruptivas como la Inteligencia Artificial (IA) vale cuestionarse sobre sus principios éticos y el riesgo de mantener un status quo basado en roles de género tradicionales.
En Digitaleras tuvimos la participación de Andrea Escobedo Lastiri, vicepresidenta de Diversidad e Inclusión de la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (Canieti).