ID generará oportunidades de negocio por un trillón de dólares
La creciente interacción del humano con el mundo virtual genera la imperiosa necesidad de construir para cada individuo, una Identidad Digital (ID) apegada al marco legal, confiable y segura que facilite la repetitiva identificación que exige a una persona realizar trámites de gobierno, servicios médicos, actividades financieras o comerciales.
La ID no es un desafío exclusivo de México, apremia a diferentes naciones desarrolladas y en vías de desarrollo, por ello la ONU y el Banco Mundial han emitido iniciativas para esta tarea, mientras que algunos estudios señalan que desarrollar soluciones para la construcción de la Identidad en el mercado global, liberará oportunidades de negocio valuadas en un trillón de dólares.
Elementos de coyuntura en México, como un nuevo gobierno, un poder legislativo renovado y pronunciamientos en el Plan Nacional de Desarrollo donde se recalca el Derecho a la Identidad, abre oportunidades para establecer acciones regulatorias y programas en la administración pública, que aborden el reto de establecer una ID, donde el país lleva cierto rezago.
Carlos Flores, presidente de la naciente Asociación de Identidad Digital en México (IDMX), explicó que la identidad es un conjunto de atributos que hacen única a una persona, ya sea física o moral o incluso una entidad; pero dependiendo del contexto, un individuo puede tener diversas identidades funcionales, en el ámbito educativo, salud, trabajo, fiscal, financiero, comercial, etcétera.
Por su parte, José Vázquez, secretario de la IDMX destacó que en la actualidad el internet y las plataformas digitales son escenarios en los que las personas interactúan e intercambian información de valor personal y profesional, pero es importante contar con herramientas que permitan acreditar de manera inequívoca la identidad, así como entender cuándo, dónde y cómo compartir datos personales, “sin que ello implique un riesgo para nuestra seguridad”.
“Con IDMX, queremos poner al servicio de instituciones y ciudadanos la experiencia de expertos en temas de biometría, seguridad informática y prácticas de acreditación de identidad, para educar y fomentar la aceptación y confianza en la identidad digital”, precisó el experto.
Pablo Vallejos, Tesorero en IDMX, detalló que en la asociación trabajan para construir las bases y fundamentos de la Identidad Digital en México, para crear un ambiente de confianza, donde instituciones, gobierno y sociedad civil aporten y concreten estrategias que ayuden a disolver el problema de robo de identidad y mejoren las capacidades de autenticación de los ciudadanos.
El especialista planteó la paradoja de que hoy los datos personales de muchos individuos los tenga el Renapo, el SAT, el INE, los bancos, las telefónicas, los hospitales, es decir, toda la información de una persona está en manos de terceros, “cuando deberían ser 100 por ciento personales”.
En su opinión, hacia el futuro la ID debe ser digital y móvil para que a través de cualquier dispositivo se pueda utilizar o mostrar como identificación, por lo cual debe ser portable para utilizarla en cualquier parte; dinámica para que cambie con cada evento que viva una persona, así como segura, con lo cual nadie acceda de manera indebida y la información esté encriptada.
Debe también ser ágil de fácil manejo, así como también disruptiva, es decir, distinta a las prácticas tradicionales del papeleo y fuera de la burocracia actual, interconectar cada actividad educativa, de salud, impositiva, financiera y forme todo un ecosistema digital, con interacción directa, sin intermediarios para gestionar o certificar “tal o cual cosa”.
Explicó cómo todo lo que rige la actividad de las personas a nivel global tiene apenas 25 años, tiempo en el cual la humanidad ha cambiado y tomó un sentido global de la comunicación, por lo cual la ID del futuro tiene que ser global e integral, es decir, que se pueda interactuar sin fronteras con tecnologías accesibles para toda persona.
Para Vallejos, la ID debe ser humana, desmonetizada y democrática; es decir, estandarizada, entendida por todos, establecer una nueva convención universal, confidencial sin necesidad de entregar datos redundantes, pero sobre todo al alcance económico de cualquier persona.
C$T-EVP