Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) son herramientas que empoderan a los ciudadanos, pues se ha reconocido su contribución para mejorar la rendición de cuentas y disminuir la corrupción, y en ese sentido algunos consideran que la migración de un gobierno electrónico hacia uno digital debe ser una prioridad de seguridad nacional, pues así se podrían combatir muchos de los males endémicos de México.
Para David Galicia Uribe, economista y autor del documento denominado “Cuarta revolución industrial y gobierno digital”, la forma más rápida para cambiar la arquitectura institucional de un país es mediante la adopción formal y forzosa de un gobierno digital en el Plan Nacional de Desarrollo.
“La hipótesis parte del hecho de que es posible empoderar a la ciudadanía frente al Estado y obligarlo a cumplir con su responsabilidad social y económica. Por ende, la migración hacia un Gobierno Digital debe ser una prioridad de Seguridad Nacional”.
Al analizar el impacto de los cambios tecnológicos en la función pública como herramientas de servicio y de calidad institucional, Galicia Uribe considera que las TIC jugarán un papel cada vez más determinante en la interacción ciudadano gobierno, y en el rol del Estado con sus funciones principales.
Sin embargo, también advirtió que en México y América Latina las instancias burocráticas y políticas son el principal obstáculo para tener un gobierno digital, porque este atentaría no sólo contra privilegios específicos sino contra todo un sistema de funcionamiento nacional.
“La migración hacia la Cuarta Revolución Industrial, que permita la instalación de un gobierno digital al servicio del ciudadano, en México, está muy lejos de iniciar. De hecho, hay retrocesos respecto al pasado, sobre todo en materia de ciberseguridad y de automatización del sector público”.
El experto, quien tienen una maestría en Administración Pública con Especialidad en Desarrollo Económico por la Universidad de Harvard, señaló que en México continúa la figura de gobierno electrónico y se transita hacia un estado pre-moderno, “porque la denominada Cuarta Transformación ha terminado con los pocos avances que se habían logrado en materia de convergencia tecnológica”.
El retroceso en materia de digitalización, expuso, agravará la brecha digital que existe frente a otras naciones y al interior del país, está última resultado de la escasa adopción de TIC entre los mexicanos.
“El gobierno electrónico de la Cuarta Transformación no ha resuelto siquiera el grave problema del resguardo de bases de datos estratégicas en espacios de la Nube porque no existe propiamente un servicio de esa magnitud que esté domiciliado en México. El programa establecido con Microsoft para crear un servicio mexicano en la nube para el gobierno federal no tiene una meta de establecimiento clara”.
La reconversión tecnológica de México no es solamente un asunto de equipamiento, ya que se requiere un cambio cultural completo en la forma en que el país opera y, principalmente, sus gobiernos, sostuvo en el documento publicado a través de la Fundación Rafael Preciado Hernández.
“Si el cambio cultural no se da, no hay tecnología que sirva para evitar los grandes males que aquejan a nuestras naciones: gobiernos ineficientes y que se sirven del ciudadano, falta de transparencia, opacidad en el manejo de los recursos públicos, ausencia de servicios estándares y para todos”.
Es por ello que su propuesta para la transformación hacia un gobierno digital es a través de tres ejes: Innovación estructural, es decir, un cambio cultural e institucional que implique definir el proyecto de país al que México aspira, con el consenso de la academia, la iniciativa privada, el sector social, el gobierno en sus tres niveles.
El segundo, Innovación sectorial en los tres sectores de la sociedad, a través de la alineación de objetivos sociales, políticos y económicos. Esta nueva clase de innovación, explicó, es aquella donde se hacen desarrollos tecnológicos para grupos económicos y sociales específicos a partir de un marco institucional preestablecido y favorable al gobierno digital.
Y el último, el de innovación individual, resultado de las dos anteriores y relacionado con las soluciones tecnológicas y procesos mediante los cuales un gobierno digital puede atender asuntos muy particulares, ya sea emprendimientos y desarrollos transversales a nivel de negocios y organizaciones.
“Sin un gobierno digital será imposible avanzar en mercados como el Internet de las Cosas (Iot); bases masivas de datos (Big Data) para análisis, procesamiento y planeación; la aplicación de Inteligencia Artificial (IA) en la función pública o simplemente aprovechar los beneficios de las nuevas tecnologías asociadas a 5G”.
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